Una actuación sin fisuras

Racing le ganó 2 a 0 a Cuiabá de Brasil por la segunda fecha del Grupo B de la Copa Sudamericana. Los goles fueron de Javier Correa y Carlos Alcaraz para el equipo de Fernando Gago que se posiciona con buenas perspectivas de cara al futuro de esta zona. La Academia completó 75 minutos donde superó a su rival sin atenuantes. La de esta noche fue la mejor producción de este 2022. De aquél debut ante Gimnasia a hoy, todo cambió.

Para un entrenador no debe haber mejor sensación que ver a su equipo desarrollar en el campo de juego no sólo lo que se planificó para un partido, sino también comprobar que el mensaje llega y se traslada al césped sin importar los intérpretes. Más allá de repetir a la mayoría de los que habitualmente vienen jugando, los que se meten en el equipo por rotación o decisiones tácticas están a la par de sus compañeros. Aquél mensaje de competir empieza adentro y se vuelca en cada duelo.

Racing comenzó y finalizó el duelo ante Cuiaba con un claro dominio. A excepción de esos últimos 15 minutos donde Fernando Gago metió los tres cambios en la segunda ventana para rotar futbolistas y repartir cargas, la Academia sometió a su rival con conceptos de juego bien nítidos, que ameritan resaltar en virtud de reconocerle al entrenador su visión para imaginar que este presente era posible.

Desde la derecha con Fabricio Domínguez de extremo para atacar y volante para retroceder, Racing atacó más y mejor. No dejó de fijar posiciones con Gabriel Hauche de extremo izquierdo y Gonzalo Piovi como respaldo pero orientó siempre sus ataques más profundos por el costado del uruguayo (la figura del partido), Facundo Mura y el apoyo de Leonel Miranda. Así llegó la apertura del marcador, tras un centro de Domínguez que Javier Correa cambió por gol anticipando al primer palo.

Si el plan de Cuiabá era salir de contra no pudo hacerlo nunca. La presión tras pérdida de Racing fue constante y los visitantes nunca tuvieron esa ventana de escape ante un equipo que se comprimió en 30 metros. Los dos centrales, Leonardo Sigali y Emiliano Insúa, pusieron el punto de apoyo en el círculo central, Aníbal Moreno y Miranda fueron constantes en ese ejercicio de presión y todo el equipo acompañó esa idea. Ante la pérdida todos a trabajar y bien cerca de Carlos, el arquero visitante.

Esa recuperación inmediata le permitió a Racing recorrer menos metros hasta el arco contrario y poner mucha gente en ataque ante cada avance. Más participativo Moreno en la gestión de la pelota y con Miranda siempre encontrando espacios libres a Racing se le simplifica mucho jugar mejor. El funcionamiento colectivo es más parejo cuando esos dos interpretan el juego y el equipo se contagia con pases que tienen un sentido claro, la búsqueda del hombre libre y mover al rival.

El segundo tiempo fue más de lo mismo. El equipo corto, con sus líneas bien altas para empujar a Cuiabá cerca de su arquero y no dejar margen para la respuesta. Con algo más de tenencia que en el primer tiempo, Racing pareció buscar dosificar energías. El resultado a favor, corto, tampoco invitaba al relajo. Pero la seguidilla de partidos empieza a jugar su papel y cuidar esos matices con la pelota más tiempo en los pies suele ayudar.

El gol de Carlos Alcaraz le bajó el martillo al partido. Los cambios también le quitaron vértigo al equipo para agudizar aquello del cuidado de piernas, gestionar la ventaja con la pelota en los pies y hacer correr el reloj. Racing ganó un duelo clave ante el que se presume será el rival con el que disputará el primer puesto. Si repite noches como esta podrá imaginar algo más que un pase de ronda.

Paolo Cella

@EspeRacinguista

@Paolo_Cella