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Sábado, 28 Mayo 2022 08:39

La ruta del vamos viendo

Racing se quedó en dos semanas afuera de sus objetivos más importantes en el semestre. Con diferentes matices en cada caso, pero eliminado al fin. Las buenas intenciones del entrenador y su capacidad para mejorar futbolistas chocaron contra la inevitable falta de jerarquía en los tramos finales de los torneos y en el terreno de juego. Sin capacidad para dar el salto la Academia quedó al descubierto de una planificación sin ambición. En apenas una semana comienza la nueva Liga y el panorama en cuanto a mejorar el plantel no parece tener un cambio de rumbo.

 


 

A principios de este año, cuando todavía Fernando Gago no había cosechado el fruto de su trabajo, todos en Racing gritaban a los cuatro vientos que a este equipo le faltaban un 5 y un 9. Dos futbolistas nada más y nada menos, que ayuden a mejorar al resto. Desde la competencia interna fomentar esta sana competitividad donde todos verían un beneficio, porque esto exigiría a cada uno de los jugadores a dar el máximo para ganarse un lugar y además dotarían al plantel de más variantes. Pero no llegó nadie.

 

Ante la lesión de Mauricio Martínez incluso el club optó por dejar pasar la oportunidad de sumar algún elemento que pueda aportar más alternativas a Gago. Desde la palabra del asesor deportivo Rubén Capria volvió a quedar claro esto. No hacía falta ni un 5 ni un 9. El razonamiento debería ser que, si el técnico había mejorado tanto a estos futbolistas, seguro se podría arreglar de ahí en más con lo que tenía para afrontar la Copa de la Liga y la Copa Sudamericana. El golpazo del jueves ante River de Uruguay expuso una vez más que sin ambición no es posible conseguir nada. Ni siquiera lo intentaron.

 

Racing fue el mejor de la etapa regular de la copa doméstica por puntos. Se quedó con su grupo y se fue de la competencia sin perder un sólo partido. Perdió por penales ante Boca y es cierto que durante buena parte de aquel juego fue superior. Pero le cayó encima todo el peso de la ausencia de jerarquía para resolver esta clase de duelos. Defensivamente no habrá reproches, pero adelante, donde se define la otra parte del asunto, careció de elementos para dar ese salto. Las resoluciones quedaron en los pies de Chancalay o depender de los esfuerzos de Copetti.

En la Copa Sudamericana la situación fue distinta. Dependía de sí mismo y con empatar de local ante el ya eliminado River de Uruguay pasaba a los octavos de final. Sin Leonardo Sigali y Gabriel Hauche lesionados, el entrenador cuidó a Aníbal Moreno. Si le sumamos a Matías Rojas también alejado por una lesión y a Enzo Copetti suspendido, el plantel quedó reducido a un grupo más corto en cuanto a variedades, otra vez en la zona donde se precisa algo más que esfuerzo para resolver los partidos.

 

Javier Correa erró todas las que tuvo. Sin participación dentro del área de Chancalay y Cardona, cuando el entrenador tuvo que mover las piezas ingresaron Fabricio Domínguez por Jonathan Gómez y Benjamín Garre por el colombiano. Los otros relevos eran el arquero Daniel Juárez, los defensores Piovi, Cáceres, Pillud y Schelotto; más los volantes Moreno, Tanda y Quirós. Entre lesionados, suspendidos y falta de planificación, este plantel pagó caro la falta de ambición en el momento más sensible de la temporada.

 

Nadie podrá reprocharle a Fernando Gago que no evolucionó respecto de su inicio en Racing. Incluso logró que varios futbolistas observados de reojo por su capacidad para vestir esta camiseta revirtieran esa situación y mejoraran sus rendimientos. A excepción de Cardona, los otros refuerzos que llegaron aportaron lo suyo. Colectivamente la mejora fue sustancial respecto a los juegos con los que cerró el 2021 y el equipo tiene una identidad bien manifiesta, reconocible ante los ojos del espectador y que convence puertas adentro.

 

Pero para dar ese salto que le permita trascender este escenario le hace falta un poco más de calidad individual. Este pedido no tiene la sentencia del diario del lunes, hoja de ruta trazada siempre que los resultados no acompañan, sino que es producto de una advertencia no escuchada a principios de año cuando se percibía la falta de recambio en sectores que son sensibles para un equipo que tiene pretensiones de competir, pero también de capturar alguna de las cuatro competencias anuales. Ya pasaron dos y Racing se quedó con las manos vacías.

 

Y la sensación es que con un poco más de ambición en la inversión se podría haber dado ese paso que Racing viene precisando hace rato. Mientras River y Boca agrandan la brecha ante el resto e Independiente y San Lorenzo se ahogan en sus penas, Racing abraza su zona de confort y no busca pegarse ni siquiera al tren que las dos fuerzas más poderosas del país conducen. Sigue sin tomar riesgos y se queda en ese lugar cómodo.

 

De 2019 a la fecha han sido muchas las oportunidades que el club dejó pasar. Sin ambición seguirán pasando de largo. Es hora de crecer en serio.

 

Y eso es responsabilidad de la dirigencia, que también convive con la cómoda y no sale de su lugar de estancamiento por temor a romper la monotonía de una conducción que puso el piloto automático en modo vamos viendo.

 

Paolo Cella

 

@EspeRacinguista

 

@Paolo_Cella

Publicado en Opinión
Martes, 14 Diciembre 2021 20:51

Atrapados en la conformidad

Racing cerró un 2021 que deportivamente lo encuentra en claro retroceso, si comparamos el estado de situación un año atrás. Jugó dos finales y las perdió sin competir, se fue de la Copa Libertadores en octavos de final y se sostuvo en puestos de Sudamericana porque es generoso el cupo otorgado. Aunque muchos nieguen la realidad, ya son algo más que 50 personas las que notan el deterioro de prestigio al que fue sometido el club en tan solo 12 meses.


El domingo al mediodía, a menos de 24 horas de su despedida del club, Darío Cvitanich declaró en Radio La Red que “Racing venía bien, estaba teniendo un proyecto. Todo empezó a desmoronarse con la salida de Diego Milito. Y este año fue un gran retroceso. Ahora hay que empezar de cero”. Palabras de un referente del plantel que llegó bajo la gestión deportiva de Milito para aportar sus características a la nómina que por aquél entonces conducía Eduardo Coudet.

El escenario hoy es este, con un equipo clasificado a la Copa Sudamericana en la última fecha, que finalizó 15to sobre 26 equipos y sólo le ganó a uno de los que están por encima suyo en la tabla: Aldosivi, dirigido en ese entonces por  Fernando Gago y mejorado tras su salida y el arribo de Martín Palermo. Racing jugó dos finales, una heredada del ciclo Coudet (postergada por la pandemia) y la otra a la que llegó por mérito del entrenador que condujo ese ciclo, Juan Antonio Pizzi, y sus futbolistas. Ante River y Colón sufrió ocho goles en contra y no compitió nunca. 

Durante el ciclo Pizzi el equipo no  tuvo una identidad y se sostuvo en competencia por  aquellos valores de jerarquía que aún permanecían en el club y que llegaron bajo la gestión de la Secretaría Técnica y Coudet. La contratación de Pizzi, elección del asesor Capria, no tenía fundamentos para continuar la línea sucesoria de entrenadores que Racing venía seleccionando. Incluso a Capria le cuesta definir su rol sin empantanarse en frases edulcoradas con escasa definición. De yapa, avaló el interinato de onda que condujo Claudio Úbeda tras la demora inexplicable en contratar un técnico de perfil adecuado y dijo sí Víctor, cuando el Presidente le presentó a Gago mientras firmaba el contrato.

La evaluación deportiva y financiera de las contrataciones no tiene sustento alguno. Los préstamos de Lovera y Novillo contenían características disimiles pero que hacían suponer lo obvio, cesiones que no durarían más que el año calendario y sin proyección a futuro. Por el volante ex Rosario Central una opción de 5 millones de euros, ajena a la economía argentina y de Racing sobre todo. Lo que hicieron con el defensor de Belgrano es poco serio. Amén de sus cualidades como futbolista, especularon con la cantidad de partidos para no tener que ejecutar la opción de compra.

Repasar las calidades de los préstamos y opciones de Tagliamonte, Chancalay, Moreno y Copetti,  por quienes se prevé una compra, invita a debatir el proyecto de club imaginado por Blanco y compañía. Si buscamos razones para hacerle un contrato a Alegre Rojas hasta 2025 para jugar en reserva, empezaremos a sospechar que la planificación en Racing no parece ser la indicada.

Algún dirigente de estos que Blanco tuvo que amontonar en la lista para dejar a todos conformes, larretistas y kirchneristas, con beneficios de palco y protocolo, pero ajeno al sentir del socio e hincha, anda de buenas celebrando el 8vo año consecutivo participando en copas.  Para que nadie se enoje y pueda seguir gozando de esos beneficios, la comisión directiva no hace el ejercicio de la crítica. A ver si todavía se pierden los beneficios.

Racing sigue participando de copas, en este caso la Sudamericana, el objetivo de mínima. Clasificó en el último lugar disponible luego de estar, nobleza obliga bajo la conducción de Pizzi, en puestos de copa Libertadores. Y perdió dos finales con goleada.  ¿Qué festejan?

El retiro de Lisandro López no es solamente la despedida de un ídolo. Deja a Racing con su escudo a merced de un grupo de gente que se siente dueña del espacio que ocupa. Legítimamente ganado en las urnas, ese espacio es siempre provisorio hasta el próximo acto eleccionario. El conformismo de esta conducción, que con méritos construyó su momento, es hoy el techo de un club que deberá competir desde ese lugar mientras otros clubes de menor envargadura sueñan con un mejor presente y lo construyen.

Racing se estacionó en la medianía y no pretende romper esa línea. No al menos si nos guiamos por las decisiones de  su Presidente, que elige amontonar voluntades y no herir susceptibilidades para dejar ir a quienes pretenden un club competitivo, en marcha y con obras que trasciendan la gestión. El maquillaje se corre como los jugadores le erran al arco. Y cuando la pelota no entra, en un club como Racing, aflora todo lo malo.

Le costó mucho recuperar la democracia a Racing. Incluso Blanco es una creación de una ruptura (Cogorno – Molina) que evocó los peores temores. Emergió de esa crisis y pudo enderezar el camino, no sin sobresaltos. Sus años más prósperos coinciden con la presencia de Milito, adentro o afuera de la cancha. Ojalá que de aquí a 2024 entiendan que pidiendo ayuda no se muestran débiles sino inteligentes.

Racing está por encima de cualquier nombre.

Paolo Cella

@EspeRacinguista

@Paolo_Cella

Publicado en Opinión
Sábado, 16 Octubre 2021 00:06

Un equipo sin reacción

Derrota de Racing ante Platense por 1 a 0 por la 16ª fecha del Torneo Socios 2021. La caída como local profundiza el sentir de un presente exasperante, que no es más caótico debido a la extensa cantidad de equipos que conforman la liga local. Deforestado deportivamente, el equipo deambula por el campeonato. Platense volvió a ganarle a un grande en primera tras 22 años.¿ La última? También en Avellaneda ante la Academia y por el mismo marcador. Volvieron los ´90.


Analizar los partidos de Racing se ha convertido en una tarea titánica. Encontrar matices tácticos para resaltar a esta altura resulta utópico. Lo que mal andaba con Juan Antonio Pizzi fue empeorado por el servicial Claudio Úbeda, entrenador interino que está dando una mano, según las palabras del Presidente Víctor Blanco. Platense, de presupuesto acotado y nómina menos mediática que la de Racing, asume su rol y ejecuta su plan. Vino a esperar el momento donde este colectivo de futbolistas mermara su andar. Llamarlo equipo es por demás ambicioso teniendo en cuenta lo que se observa.

Otra vez con cambios en defensa y el medio, Racing tardó unos 20 minutos en tomar una postura más presentable en el partido. Desde el inicio fueron Hernán Lamberti e Iván Gómez quienes manejaron los tiempos del juego. A medida que Matías Rojas dejó la zona izquierda para moverse por derecha y Lisandro retrocedió en el campo, la Academia pareció querer jugar el partido con más decisión. Pero entre la falta de profundidad de sus laterales y la ausencia de mentes lúcidas para crear juego, solo la media distancia era un camino hacia el arco de Ojeda.

Buena parte de este presente se debe a factores externos que no son para tratar en estas líneas. La depredación deportiva iniciada por Blanco, Jiménez, Capria y Fernández, entre los más notables responsables, es este reflejo. Solo se sostiene por la vergüenza deportiva de Arias, Sigali, Mena, Nery y Lisandro. Después es esto, un plantel conformado por nombres comunes, sin vuelo para vestirr esta camiseta y jóvenes enredados en una meseta que tiende a convertirse en pendiente, como ser los casos de Cáceres y Alcaraz.

Sin contexto nadie puede rendir, dirán algunos. Desde el banco no aparecen aportes cualitativos y entonces rivales como Platense ansían jugarle a Racing. Cierre de espacios, coberturas en zona cercana al área propia y a jugar con el error rival. Durante todo el primer tiempo el Calamar esperó eso. Lo encontró en la parte final ante un equipo que no pateó al arco, de local, por más de 45 minutos.

Es tan malo lo de este equipo que hasta la velocidad con la que circula la pelota parece de otra liga. No hay velocidad en los pases y no por reclamar rapidez sino inteligencia. Esos pases con ventaja para el compañero que predisponen al equipo en virtud del ataque. Incluso los desplazamientos son espesos, con y sin pelota. Un rival de mayo jerarquía expondrá esto tarde o temprano y castigará severamente este matiz.

Es una misión imposible describir cualidades en este equipo. Disimuló los problemas con aquél triunfo en Paraná, pero no se puede tapar el sol con la mano. El gol de Lamberti puso al descubierto otra vez las carencias de un plantel que salvo aquellos futbolistas mencionados, no tiene soluciones. Entran y salen los Chancalay, Correa, Lovera, Novillo, Rojas, Garre y nada cambia. Lo mismo con los jugadores hechos en casa: Cáceres, Alcaraz, Galván, Prado.

Racing es un equipo sin rumbo que juega como terminó anoche. Con Novillo entrado en el complemento para no ejecutar la obligación de compra y metiéndose de 9, entre Copetti, Correa y Cvitanich. Saca a los laterales porque no resisten físicamente más de 65/70 minutos, no tiene volantes creativos y depende de conducciones desde atrás de Sigali o que Lisandro juegue de cinco para tener panorama.

Esta dirigencia se jacta de haber quitado a Racing de las páginas más oscuras, esas que se veían en la década del ´90. Platense ganó en Avellaneda después de 22 años. Aquél gol de Pablo Erbín fue el 24 de mayo de 1999. De tanto compararse con el pasado convirtieron a Racing en este grotesco deportivo, a causa de sostener relaciones personales que poco tienen que ver con el crecimiento.

Perdió Racing y bien, lo cual no es novedad, porque juega mal hace 10 meses. Los únicos que no se enteraron y no reaccionan son Blanco y compañía.

Paolo Cella

@EspeRacinguista

@Paolo_Cella

Publicado en Partidos
Jueves, 23 Septiembre 2021 20:28

La comodidad desespera

Racing quedó eliminado de la Copa Argentina y su andar deportivo en este 2021 continúa en picada. Con un plantel de vuelo bajo, sostenido por los emblemas del ciclo Coudet que mantienen la competencia digna, la Academia detonó su estabilidad deportiva. Otra vez Lisandro López le puso realidad al presente con sus declaraciones pos partido. Quede esperar ahora si el Presidente toma nota de esto o sigue refugiado en su círculo íntimo. Como suele suceder en este país, el poder obnubila. Blanco declara cosas que sólo él y su séquito observa, mientras el prestigio se diluye.


"Es un buen momento para trabajar, ir para adelante y en diciembre hacer una autocrítica de parte de todos los que estamos en Racing para no quedarnos en la comodidad que genera un poco el club. Me molesta sentirlo y decirlo". Esta declaración de Lisandro López pinta de cuerpo entero el presente. Comodidad. Descripción mas real sobre el camino que eligió Blanco, no se consigue. De aquella frase de Milito, "la inversión no es un gasto", pasaron 10 meses. El presidente no reacciona. Dejó puesto el piloto automático.

Quizás avalado por ese 72% de votos, sobre un padrón concurrente escaso, creyó que todo estaba bien. Ese porcentaje, legítimo, es sobre la base de una elección realizada en pandemia, con restricciones y todo lo que la situación sanitaria implicaba en aquel diciembre. 

 

Juntó voluntades en su lista, armó un stock de gente que necesita ser parte de la comitiva que viaja a todos lados mientras el socio e hincha miraba por televisión. Empujó con sus decisiones la salida de Diego Milito, quién con aciertos y errores trazó un camino más contemporáneo para pensar destinos deportivos. Hoy, mientras los clubes buscan profesionalizar áreas de trabajo, incorporar metodologías que incentiven la competencia hacia arriba, con astucia y adaptándose a los tiempos que corren, sobre todo económicos, Blanco se pegó a las viejas costumbres de la política deportiva.

 

Nunca creyó en la figura de manager, secretario técnico o asesor deportivo. Milito fue, en consonancia con el arribo de Coudet, una respuesta políticamente correcta a la demanda popular de sumar al ídolo, ya retirado, a la cocina deportiva. La convivencia entre el 22 y Chacho no siempre fue armoniosa, pera la tensión entre ambos proyectó a Racing hacia arriba. No coincidían en todo, pero Coudet, sabio del paño futbolero que transitaba, y Milito, caminaron igualmente a la par con un mismo objetivo: poner a Racing lo más alto. Con aciertos y errores, fueron tiempos de competitividad.

 

La pandemia detonó los planes de todos. Sin competencia, el 2020 se agrupó en pocos meses y muchos partidos. Beccacece no logró trascender la frontera de los cuartos de final de la Libertadores y en el ámbito local fue penoso su desempeño. Pero el ahora entrenador de Defensa y Justicia y Pizzi tuvieron algo en común. Uno, elegido por Milito, y el otro convocado por Capria, fueron víctimas del desgaste que ese grupo de gente elegida por Blanco para rodearlo les propinaron. Con operaciones de prensa después de cada derrota o en el día a día.

 

Mientras todo eso sucedía, el presidente no parecía meterse de lleno en la realidad. Dejó prestado el mando en sus pares de comisión directiva y se aferró fuerte a esa comodidad de la que habló Lisandro López luego de la eliminación en la Copa Argentina. Tanto tiempo comparándose con tiempos lejanos de angustias deportivas y económicas, que el temor por soltar un peso en búsqueda de algo nuevo o superador los atrapó. 

 

Luego de años de recaudaciones generosas por ventas de futbolistas el club no presenta obras que permitan vislumbrar un horizonte de crecimiento. Mientras en primera o el ascenso se inauguran predios o remodelan canchas, Racing va por un ascensor. Las demandas en infraestructura se acumulan y el tiempo pasa. Deportivamente el ingreso a copas, otra máxima del blanquismo explícito, pende de un hilo. La tabla anual hoy nos encuentra en la cornisa para acceder a la Copa Sudamericana. Para Racing, ese objetivo es un castigo. Pero claro, como "antes estábamos peor", puede ser que participar sea un logro en las filas oficialistas.

 

Así esta Racing hoy. Con un entrenador interino que "nos da una mano" (lo dijo Blanco), un plantel con seis o siete futbolistas heredados del ciclo Milito - Coudet que empiezan a despedirse del club por necesidades económicas y ambición deportiva y una pausa en la toma de decisiones que alarma a todos, o casi todos. Úbeda y Capria son un decorado pasajero de este presente y quedan al margen de grandes evaluaciones. Su presencia se entiende sólo por aquél recuerdo nostálgico de tiempos pasados y un vínculo afectivo que Racing sostiene. Caerles a ellos hoy es desviar el foco de los verdaderos responsables: los dirigentes.

 

El regreso del público a los estadios está cada vez más cerca. Quizás esa sea la alarma del despertador que precisa Blanco para reaccionar. El termómetro de la gente que va a la cancha no es lo mismo que aquél que lo votó. El presidente consumió mucho de su capital político, que por mérito propio construyó, apoyándose en estructuras viejas. Dejó puesto el piloto automático, esperando tal vez, que las cosas se acomoden en algún momento.

 

Deportiva e institucionalmente Racing se quedó en aguas estancadas. Con el riesgo que eso supone, porque lo que se estanca se pudre.

 

Paolo Cella

 

@EspeRacinguista

 

@Paolo_Cella

Publicado en Opinión

 

Opinión

Una gran frustración

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Racing quedó a afuera de la Copa de la Liga y la frustración es grande. Gustavo Costas arribó con un mensaje que fue bien claro y contundente: dejar de competir para ganar. Pasó el primero de los cuatro objetivos sin…

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                COPA LIGA PROFESIONAL 2024

                                ZONA B

# Equipo Pts PJ PG PE PP GF GC DIF
1 Godoy Cruz 29 14 9 2 3 16 6 +10
2 Estudiantes (LP) 27 14 8 3 3 19 9 +10
3 Def y Justicia 26 14 7 5 2 17 13 +4
4 Boca Juniors 25 14 7 4 3 20 12 +8
5 Racing Club 24 14 7 3 4 24 11 +13
6 Lanus 23 14 7 2 5 20 14 +6
7 Newells 21 14 6 3 5 13 15 -2
8 Union 20 14 5 5 4 16 14 +2
9 Platense 18 14 4 6 4 10 14 -4
10 San Lorenzo 16 14 3 7 4 10 14 -4
11 Belgrano 14 14 3 5 6 19 21 -2
12 Central Cba (SdE) 11 14 2 5 7 10 20 -10
13 Sarmiento (J) 9 14 2 3 9 9 19 -10
14 Tigre 5 14 1 2 11 7 25 -18

                       COPA SUDAMERICANA

                                GRUPO H

# Equipo Pts PJ PG PE PP GF GC DIF
1 Racing Club 9 3 3 0 0 7 1 +6
2 Bragantino 6 3 2 0 1 3 4 -1
3 Coquimbo Unido 3 3 1 0 2 2 3 -1
4 Sp. Luqueño 0 3 0 0 3 1 5 -4

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