Racing le ganó 3 a 0 a Coquimbo Unido y así se aseguró llegar a la última fecha dependiendo de sí mismo para avanzar como primero en su grupo. Tras un primer tiempo difícil de observar, el equipo encontró en la apertura del marcador, en el segundo tiempo, la solución a un problema que ya convive sin disimulo: el equipo no tiene juego para resolver duelos tan espesos como el de esta noche. Abundan los pelotazos ante la ausencia de conectores. Lo resolvió con goles pero no deberá obviar lo urgente que es empezar a jugar mejor. Adrián Martínez es el sostén a puro gol.
La Academia afrontó este primer duelo de local de los dos que tendrá para cerrar el Grupo H de la Copa Sudamericana con otra formación diferente respecto último partido. Gabriel Arias al arco; Facundo Mura, Marco Di Cesare, Agustín García Basso y Gabriel Rojas; Juan Nardoni, Santiago Sosa y Baltasar Rodríguez; Maximiliano Salas, Adrián Martínez y Santiago Solari iniciaron el juego ante aurinegro. De nombres y sistema varió porque para este partido regresó al 1-4-3-3.
La primera dificultad fue la circulación de la pelota. De tránsito espeso y anunciando cada movimiento, Racing no tenía generación de juego. Las ausencias de Agustín Almendra y Juan Fernando Quintero, por más altibajos que tengan, son notables a la hora de imaginar otro tipo de camino al arco rival. Ante la menor adversidad ofrecida por el rival sale el pelotazo para la lucha de los delanteros. Solari no es Carbonero y esos duelos propuestos mano a mano no tenían peso ni desequilibrio.
A partir de ahí y con la anunciada circulación de pelota el primer tiempo fue tedioso y de los peores registros que se recuerden. Coquimbo no tiene relieve como para ofrecer riesgos y todo dependía del equipo de Gustavo Costas. Es sabido que esta formación de Racing no tiene entre sus atributos la generación de fútbol. A partir de la contundencia construye desarrollos favorables. Pero apenas pateó una vez al arco en ese primer capítulo. El equipo se marchó al descanso entre silbidos.
Costas tomó nota de la deficitaria producción de su equipo y para el complemento ajustó tácticamente más el ingreso de Johan Carbonero por Santiago Solari. Retrasó a Santiago Sosa para armar la línea de tres con Marco Di Cesare y Agustín García Basso. Los laterales Facundo Mura y Gabriel Rojas dieron un paso adelante y Juan Nardoni jugó de mediocampista central. Quien también centralizó su posición fue Baltasar Rodríguez. No mejoró en el juego pero al menos le buscó una alternativa a la compleja noche que tenía.
El partido se rompió a los diez minutos con el gol de penal de Adrián Martínez para el 1 a 0 y segundo seis minutos más tarde de Juan Nardoni en la primera secuencia de juego donde Racing sumó tres pases seguidos. Ahí Coquimbo sintió definitivamente el golpe y lo que quedaba era transitar el camino rumbo al final esperando que ninguna sorpresa apareciera en el cierre. La Academia venía de un antecedente cercano donde un partido que parecía resuelto terminó en catástrofe.
Quedo tiempo para el tercero de Racing y el segundo de Adrián Martínez, los cambios para refrescar piernas y cerrar una noche que había comenzado con preocupación por la falta de juego que tiene este equipo. El resultado no debe tapar que ese déficit es claramente una cuestión de estado si Costas pretende prolongar las ambiciones de su equipo.
El triunfo de Bragantino obliga a no bajar la guardia. Ambos llegan a la última fecha igualados en puntos pero Racing tiene mejor diferencia de gol. La Academia será local de Sportivo Luqueño y el conjunto brasileño irá a Chile. Racing deberá ganar y asegurar ese primer puesto para saltar directo a los octavos de final. Pero también deberá jugar mejor. La contundencia no siempre solucionará las cosas.
Paolo Cella
@EspeRacinguista
@Paolo_Cella
Los goles de Maravilla, las dos caras del mediocampo y la floja actuación de Solari, los puntos salientes de la victoria copera.