Victor Blanco estuvo en TyC Sports donde habló del futuro entrenador de Racing, la vuelta de Gustavo Bou y sobre la nueva iluminación.
Desde la dirigencia contactaron al entorno de Eduardo Coudet, para que asuma una vez finalizado el torneo ¿Pega la vuelta?
Racing y Central Córdoba de Santiago del Estero empataron 1 a 1 por la fecha 12 de la Copa de la Liga con goles de Roger Martínez y Mateo Sanabria en el minuto 90. El equipo de la dupla jugó mal y fue dominado en todo el partido por la visita, que se plantó sin prejuicios para jugar de igual a igual e impuso su plan. La Academia atraviesa un desenlace de temporada desencantador, rehén de una dirigencia que no asume su rol y aguarda el fin de temporada a pura improvisación.
El ingreso de Emiliano Vecchio por Gabriel Hauche fue la única modificación en relación al partido jugado el miércoles en Florencio Varela. Esta variante podía suponer una búsqueda por mayor control de pelota, para evitar un partido de transiciones rápidas, y la intención de ubicar un futbolista cercano a Roger Martínez con una imaginación que no abunda en el plantel y frente a un rival que presentaba una línea de cinco defensores.
Nada de eso dio resultado y la formación que dispuso Omar De Felippe, el entrenador del Ferroviario, tuvo el control del partido. De principio a fin, aún con Racing en ventaja a 20 minutos del final del partido, los santiagueños tuvieron su plan de juego bien claro. Por el contrario, la Academia padeció todo el encuentro, sin poder manejar la pelota y no encontrando soluciones a la amplitud que tenía la visita en la mitad de la cancha. Los dos laterales fueron más volantes que defensores y así Central Córdoba ganó el medio.
Salvo aquella excursión ofensiva de Gabriel Rojas por izquierda que Gustavo Canto despejó en la línea, Racing no pudo jugar en el último tercio del campo. Fueron dos remates de media distancia los que exigieron a Matías Mantilla, el primero de Agustín Almendra y el otro de Gonzalo Piovi. Sin soluciones por afuera, con Roger desconectado del resto y el rival achicando espacios, el equipo de Grazzini – Videla fue un conjunto deslucido.
El ingreso de Agustín Ojeda por Baltasar Rodríguez quizás tuvo intenciones de darle aceleración allí donde el equipo no tenía cambio de ritmo. Insinuó alguna intención de posicionarse más alto y tomar el control del partido pero está carente de ideas, pesado en su andar y con una carga que arrastra y le impide progresar. Mientras esa tendencia iba cayendo el Ferroviario volvía a retomar su trabajo. La soledad con la que Mauro Pittón jugaba era el indicador de que algo no andaba bien en Racing.
Hubo un punto que pudo ser de quiebre en el partido. De aquella atajada de Gabriel Arias al gol de Roger Martínez pasó un lapso muy breve. Racing capturó la ventaja cuando parecía merodear la caída de su arco. Ya con Gabriel Hauche y David González por Vecchio y Almendra, el 1 a 0 debió haber sido de aplomo, retomar energías y asumir el golpe de pasar al frente en un partido que nunca estuvo cómodo para Racing.
Pero el mentón de este equipo es frágil. Sigue padeciendo la falta de interpretación de los momentos de los partidos y sin corregir donde todos ven el lugar por dónde lastimar a Racing. Otra vez las espaldas de Rojas y Piovi fue el espacio elegido para atacar al equipo de la dupla. Un desborde en el minuto 90 hizo correr a toda la defensa hacia ese sector y el centro que cayó en el segundo palo fue un regalo divino para Mateo Sanabria que decretó la igualdad.
El empate es más acorde al trámite del partido. Racing paga caro su falta de interpretación del momento. No puede mantener su arco en cero ni cuando se pone en ventaja sin merecerlo. Pensar en una copa internacional a esta altura es mirar el árbol y obviar el bosque de problemas que tiene hoy este plantel el club.
Sin una dirigencia presente que asuma el momento y la realidad, la especulación de Víctor Blanco por aguardar el final de temporada para trazar un plan de escape es la condena que hunde a Racing en una agonía que se estirará al menos por dos partidos más.
Luego, como siempre, vamos viendo.
Paolo Cella
@EspeRacinguista
@Paolo_Cella
Racing le ganó 2 a 1 a Boca por la 10ma fecha de la Copa de la Liga con goles de Emiliano Vecchio y Leonardo Sigali en el último minuto. Miguel Merentiel había empatado en el descuento. El equipo de la dupla volvió a jugar con ataduras, espeso y sin soluciones defensivas y ofensivas. La formación alternativa de la visita fue un escollo más para la Academia, que no encuentra fluidez en el juego pero sacó adelante un partido que se destrabó recién sobre el cierre. Que este triunfo no postergue lo que Blanco y compañía deben resolver de inmediato: la contratación de un entrenador para un plantel apagado, que precisa nuevos estímulos.
Por reiterativo que sea no deja de ser actual, a Racing hay que esperarlo y jugarle aposando a las pérdidas, buscando los espacios entre Piovi y Rojas. Con los vestigios y condicionamientos del ciclo Gago aún vigentes, la dupla Grazzini – Videla no asume cambios y entiende que así está bien predispuesto el equipo. La formación elegida evidencia los desajustes defensivos que son nutritivos para cada rival que lo enfrenta. Boca no fue eficaz de arranque sino la tarde hubiera comenzado compleja.
De arranque nomás, al cajón detrás de Rojas y Piovi, con alguna diagonal que estire a la defensa y lanzar su ataque, Boca puso a Darío Benedetto de cara al gol. El cabezazo elevado perdonó la estabilidad emocional del equipo. Racing transita caminos que quedaron preestablecidos del ciclo saliente. Pero esa búsqueda por sumar pases, juntar gente por dentro y esperar a que aparezcan los espacios se trasformó en una conducción sin resolución.
Mientas Racing tuvo que juntar más de dos o tres secuencias largas de pases para poder poner a Roger Martínez de cara al gol, Boca con dos pases reventó el travesaño. Y si hubiera tenido terminaciones más precisas quizás hubiera sometido más a Gabriel Arias. Del otro lado, errático Quintero a pesar de su intención de participar, estático Roger y sin desbordes por afuera, atacar el arco de Sergio Romero era una aventura.
El segundo tiempo no modificó demasiado los pasos de cada uno. Algo más exigido Racing por la localía y sus antecedentes inmediatos, empujó pero no jugó bien. El cambio de dibujo con Quintero detrás de Roge y Baltasar junto a Gómez por las bandas, centralizó a Nardoni y Moreno. La variante dispuesta para este partido no sufrió cambios en el complemento y el equipo siguió lejos de encontrar respuestas futbolísticas.
El ingreso de Vecchio por Quintero fue nominal. Lo mismo sucedió cuando saltaron al campo Ojeda y Almendra por Gómez y Rodríguez. La ruptura del juego se dio con ese gol de Vecchio a casi 20 minutos del cierre. Atormentado por la falta de resultados el equipo retrocedió y dejó de atacar. La dupla apeló al instinto de supervivencia con dos cambios para bloquear los caminos que Boca encontraba por izquierda con Saracchi. Pillud y Colombo por Roger y Moreno, a cuatro del cierre, pretendía bajarle la persiana al duelo.
Había avisado Fernández con su tiro al palo tras un centro del lateral uruguayo. Una mala salida del fondo, otro envío del lateral entre Arias y Sigali y la falta de comunicación fue capturada por Merentiel para empatarlo a los 92 minutos. La pesadumbre, los fantasmas y el mal humor se hicieron notar pero duró cuatro minutos. El centro de Vecchio cayó en el corazón del área donde emergió Sigali, justo él, para poner el 2 a 1 en el minuto 96-
Racing ganó un partido que no pudo dominar plenamente. Continúa atormentado por la salida de un entrenador que puertas adentro todos querían pero no pudieron respaldar con resultados. Es hora de que Víctor Blanco contrate un entrenador que pueda darle estímulos y herramientas futbolísticas a un plantel que todavía juega con el chip de Gago.
Paolo Cella
@EspeRacinguista
@Paolo_Cella
Sarmiento y Racing igualaron 1 a 1 en Junín por la fecha 9 de la Copa de la Liga con goles de Guido Mainero y Balthasar Rodríguez. Con más argumentos en el complemento tras una opaca y deslucida actuación en el comienzo, el equipo de la dupla rescató un punto cuando todo parecía desolación. Adeuda fútbol este equipo que está afuera de las competencias internacionales de 2024 a la espera de que Víctor Blanco se decida a traer un entrenador. Mientras tanto, vamos viendo.
Los partidos que juegan Racing tienen un formato muy parecido. Durante todo el ciclo de Fernando Gago y este interinato con extensión indefinida de Grazzini y Videla, los rivales le dan campo y pelota a la Academia. El sentido de esta ofrenda es atacar los espacios que deja el equipo a espaldas de su última línea o capturar alguna pérdida en zona baja para lanzar una salida rápida de contra. Todos toman nota de esto pero el estilo que entrenadores y futbolistas prefieren no se altera.
Desde que comenzó el partido Sarmiento hizo esto que advertimos, replegando líneas cerca de Devecchi, dejando que Racing maneje la pelota con los centrales y sostener el orden hasta encontrar una ventana de escape. Para colmo el manejo de pelota del equipo que dirige la dupla es espeso, sin aceleración y con tanto anuncio que sólo hay que mantener la aplicación táctica para aguardar una oportunidad.
Antes de la expulsión de Ojeda a los 30 minutos del primer tiempo, y luego de ella, Sarmiento tuvo dos opciones claras de gol con esa ejecución del plan antes descripta. Un ingreso de Marinelli por derecha que tenía a Fontana por dentro para definir pero prefirió su remate. Y luego el gol de Mainero, previa asistencia de Fontana, que ingresó a espaldas de Colombo. Goles repetidos, ataques similares de los rivales y nula corrección de defectos por parte de Racing.
Con la pelota en los pies el equipo fue insulso. Posesiones largas, con movimientos anunciados y girar la pelota de lado a lado sin romper líneas. Las pocas apariciones de Quintero son el único momento de lucidez pero se pierden en resoluciones fallidas. Apenas dos remates de Almendra por encima del horizontal y uno de Moreno desviado suenan a poco. Sarmiento estuvo cómodo con 11 y 10 futbolistas en este primer tiempo.
El segundo tiempo profundizó las posturas de uno y otro. Sarmiento con diez futbolistas se replegó más cerca de Devecchi y ya no intentó siquiera alguna contra. Racing puso sus marcadores centrales en campo rival, colocó gente adentro del área pero no pudo encontrar caminos al arco local con claridad. Un par de ingresos de Hauche por derecha que no encontraron destino de gol y nada más.
La realidad es que Racing generó peligro sólo con remates de media distancia. Sarmiento juntó a sus nueve futbolistas de campo dentro de su área y dejó que el equipo de la dupla tuviera que mover la pelota de un lado a otro. Así era de media distancia el único camino viable para llegar hasta el gol. Remataron Piovi, Gómez y Quintero entre otros, pero fue Balthasar Rodríguez a los 47 el que estampó la igualdad.
Racing, sus futbolistas, Blanco y Capria en realidad, no asumen aún la salida de Gago. Juega igual, con los mismos defectos que lo estacionaron en una zona inestable. Afuera de los puestos de cuartos de final en esta copa doméstica y también excluido de las copas internacionales de 2024. Si nos guiamos por las palabras del asesor deportivo, no hay de qué preocuparse. Hace 20 días el club no tiene entrenador y el Presidente ha decidido ir partido a partido. En Racing está todo bien, somos demasiado exigentes.
Paolo Cella
@EspeRacinguista
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