Racing quedó eliminado de la Copa Libertadores de América tras empatar 0 a 0 en los 90 minutos y caer en los penales. Tras un primer tiempo favorable en el desarrollo aunque sin tanta profundidad, el equipo perdió fuerzas en el complemento. La ausencia de Roger Martínez repercutió en el tramo final de la cancha, allí donde se definen las cosas. Ya en los tiros desde el punto del penal, los yerros de Gonzalo Piovi y Leonardo Sigali sentenciaron la serie. Racing sigue sin romper la pared que lo separa de las instancias decisivas en los torneos continentales.
A lo largo del ciclo de Fernando Gago las lesiones han sido un condicionante. Entre otros matices que deberán ser abordados en otro espacio. El equipo suele perder futbolistas determinantes en tramos clave de las temporadas o los recupera muy sobre la fecha de definiciones, faltos de ritmo y sin ese recorrido que le permita jugar en plenitud. Esta vez fue la ausencia de Roger Martínez la que le quitó al equipo una pieza clave, allí donde ese plus de jerarquía puede marcar una diferencia.
Arias; Martirena, Sigali, Piovi y Rojas; Nardoni, Moreno, Gómez; Quintero, Romero y Ojeda, fueron los once que eligió Gago para este duelo. Con mayor influencia del plan imaginado por el entrenador de la Academia en la parte inicial, el primer tiempo fue jugado en campo rival, con la búsqueda de Ojeda como principal salida. A espaldas de Advíncula y delante de Figal, en ese espacio entre la línea de tres centrales y el lateral peruano, Racing encontró los espacios para atacar.
Aunque no fueron muchas los ocasiones. Se destaca ese desborde Rojas para tirar un centro atrás que Quintero encontró entrando al área, pero su remate se fue desviado. La primera había sido de Romero, anulada por fuera de juego, que dio en el palo. El colombiano partió por derecha pero se metía hacia adentro para liberarle el carril a Martirena. El uruguayo tuvo poco desborde, alguna insinuación de conducir por dentro, pero poca participación en ataque.
Racing jugó ese primer tiempo con la seguridad de su plan pero con la falta de peso ofensivo que le quitó resolución a esa búsqueda. Romero hará, según palabras del entrenador, un trabajo necesario para el equipo, pero no genera la sensación de peligro que Martínez sí podría haberle dado. Sin presencia en el área, perdió siempre con Rojo, no fue apoyo para sus compañeros y físicamente da la sensación de estar con el freno de mano puesto.
Los cambios de Almirón para el segundo tiempo, reamando la línea de cuatro con el ingreso de Weigandt y adelantando a Advíncula de volante, reconocieron esa superioridad de Racing. A la Academia le duró 15-20 minutos más ese ímpetu pero sin poder llegar a inquietar a Sergio Romero. Boca ajustó aún más el cierre de espacios, achicar líneas y esperar alguna salida con Janson por izquierda o el peruano por derecha.
La lesión de Aníbal Moreno coincidió con la merma del equipo. El ingreso de Balthasar Rodríguez pudo haberle aportado pierna fresca, pero el joven no tuvo incidencia. Los ingresos de Hauche y Almendra por Ojeda y Gómez quedaron a mitad de camino. Boca fue encontrando comodidad en ese trámite de partido mientras Racing ya agotaba sus ideas para llegar al arco de Sergio Romero. Con el cierre tan cerca, los dos fueron mermando en su búsqueda.
Los penales son una historia diferente. Podrá analizarse cualquier cosa pero a la hora de patear todo se reduce a un estado de ánimo. Y ahí Boca encontró su combustible. Los merecimientos quedan reducidos a anécdotas. Y Racing no pudo romper esa pared que lo tiene alejado de una semifinal continental hace más de 26 años.
Debatir sobre porque pasa esto en la época más próspera económica y deportivamente será tema de otro día, en otra columna. Pero en ese punto se pueden encontrar también las explicaciones a una nueva frustración en el plano continental. Como abordar los mercados de pases termina siendo un condicionante más para entender también esta eliminación de Racing.
Paolo Cella
@EspeRacinguista
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