Paolo Cella - Periodista, editor en Esperanza Racinguista - Socio de Racing
Racing quedó eliminado de la Copa Libertadores de América y la sensación es que de haber puesto algo más de energía en el mercado de pases se podría haber pasado esta instancia de cuartos de final. Una nueva frustración en el plano continental, sumado a las oportunidades perdidas en el ámbito doméstico, comienzan a condicionar el cierre de temporada. De los cuatro objetivos del año quedan sólo dos por disputar. Y la demanda por ganar un título crece. Las responsabilidades son compartidas entre el Presidente y el entrenador.
Entre fines de 2022 y principios de 2023 Racing le ganó a Boca dos duelos que definieron un par de títulos. El Trofeo de Campeones y la Supercopa Argentina Internacional fueron obtenidos tras el frustrante cierre de la Liga, donde al equipo de Fernando Gago se le escapó el título de manera insólita, en la última fecha, con aquél fatídico penal de Jonathan Galván. A partir de ahí y teniendo en claro cuales serían los objetivos de este año, la planificación fue mala. Los refuerzos que llegaron se fueron a mitad de año en su mayoría y en esta ventana de junio se movieron tarde.
Racing es un club presidencialista. En todos sus ámbitos se espera la veña del Presidente Blanco para seguir adelante. En matería futbolística esto es irrefutable. La llegada de Fernando Gago se dio incluso bajo estos parámetros. El Asesor Deportivo o Mánager, Rubén Capria, se enteró al momento de la firma del entrenador de la elección. Luego todo fue una puesta en escena para no socavar la jerarquía laboral de quién debería ser parte de una decisión como esta. Fue y es el Presidente quién toma todas y cada una de estas decisiones. Por eso la salida de Diego Milito y su Secretaría Técnica en su momento. Entre otras cosas.
No hay dudas de las condiciones de los refuerzos que llegaron en este mercado de pases. Las condiciones de Roger Martínez, Juan Fernando Quintero, Agustín Almendra y Nazareno Colombo respaldan sus elecciones. Pero por diferentes circunstancias llegaron tarde, faltos de ritmo y con necesidad de jugar para acondicionar sus físicos a la habitualidad de la competencia oficial, más allá de las cargas de intensidad que pudieran otorgarle los entrenamientos. Incluso Colombo llegó con una lesión, lo cual demanda un tiempo extra de recuperación primero.
Sabiendo como estaba armado el calendario por disposición de AFA y CONMEBOL, ¿no hubiera sido mejor prevenir esta situación e incorporar así a principios de año? Recordemos que a comienzos de temporada llegaron, entre otros Paolo Guerrero, Óscar Opazo y Maximiliano Moralez. Los tres de escasos minutos, prescindibles para el entrenador y que salieron a mitad de año junto a otros futbolistas. Advertir esto hubiera permitido poner en forma al equipo antes de iniciar la temporada.
La gestión de la política futbolística de Racing está a cargo de Blanco. Y es Gago quien acepta esta metodología de trabajo. Por lealtad o convicción, el entrenador de la Academia termina siendo tan responsable como el Presidente. Al sostener decisiones como la de ponderar a Romero y Reniero como sus centro delanteros Gago suma su cuota de responsabilidades. El ex delantero de Vélez es por estas horas el chivo expiatorio que encontró el público para cargar las culpas. Pero esta situación excede su falta de rendimiento.
Aquí estamos hablando de una metodología de trabajo que viene siendo moneda corriente y a dejado a Racing mirando como las oportunidades pasan y no son aprovechadas. En una época de ingresos económicos como nunca antes en la historia del club, no hubo, más allá de los títulos de 2014, los dos de 2019 y los citados al comienzo de esta columna, una muestra de convicción real para seguir sumando títulos. Ni hablar del área infraestructura, donde la deuda es aún mayor.
Alguna vez Blanco, enojado por las críticas que recibe, nos retó por quejarnos. Dijo algo así como que ahora nos quejábamos porque perdíamos finales. Fue tras la caída en la final de la Copa de la Liga ante Colón. Y allí radica el principal obstáculo de esta gestión. Poner el punto de comparación siempre en cómo tomaron el club. Han pasado casi 10 años.
En cuanto al entrenador, su carga de responsabilidad está en la elección de los futbolistas y la aceptación de ciertas situaciones. Y deberá repasar también sus métodos de trabajo porque si hay algo que lo condicionó a lo largo de su ciclo, al margen de las cuestiones netamente tácticas y estratégicas, ha sido la cantidad de lesiones que se suceden en el plantel. Sobre todo las musculares, que privaron incontable cantidad de veces al entrenador de poder disponer de todos los elementos.
Pasaron la Liga Profesional y la Copa Libertadores sin poder alcanzar los objetivos. Quedan la Copa Argentina y la Copa de la Liga por delante. Dos caminos que recién comienzan y se tornaron de vital importancia para Racing. No sólo por la necesidad de conseguir títulos sino también porque la clasificación a las copas de 2024 aún esta en veremos. Hoy el equipo esta fuera de la zona de ingreso a Copa Sudamericana y lejos, con muchos equipos por delante, pensando en la Libertadores de 2024.
Una carga excesiva de presión que puede condicionar el funcionamiento del equipo. Un peso que se encargaron solos de ponerse encima. Por conformismo o falta de ingenio. Pero ahora deberán convivir con eso.
Paolo Cella
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Racing quedó eliminado de la Copa Libertadores de América tras empatar 0 a 0 en los 90 minutos y caer en los penales. Tras un primer tiempo favorable en el desarrollo aunque sin tanta profundidad, el equipo perdió fuerzas en el complemento. La ausencia de Roger Martínez repercutió en el tramo final de la cancha, allí donde se definen las cosas. Ya en los tiros desde el punto del penal, los yerros de Gonzalo Piovi y Leonardo Sigali sentenciaron la serie. Racing sigue sin romper la pared que lo separa de las instancias decisivas en los torneos continentales.
A lo largo del ciclo de Fernando Gago las lesiones han sido un condicionante. Entre otros matices que deberán ser abordados en otro espacio. El equipo suele perder futbolistas determinantes en tramos clave de las temporadas o los recupera muy sobre la fecha de definiciones, faltos de ritmo y sin ese recorrido que le permita jugar en plenitud. Esta vez fue la ausencia de Roger Martínez la que le quitó al equipo una pieza clave, allí donde ese plus de jerarquía puede marcar una diferencia.
Arias; Martirena, Sigali, Piovi y Rojas; Nardoni, Moreno, Gómez; Quintero, Romero y Ojeda, fueron los once que eligió Gago para este duelo. Con mayor influencia del plan imaginado por el entrenador de la Academia en la parte inicial, el primer tiempo fue jugado en campo rival, con la búsqueda de Ojeda como principal salida. A espaldas de Advíncula y delante de Figal, en ese espacio entre la línea de tres centrales y el lateral peruano, Racing encontró los espacios para atacar.
Aunque no fueron muchas los ocasiones. Se destaca ese desborde Rojas para tirar un centro atrás que Quintero encontró entrando al área, pero su remate se fue desviado. La primera había sido de Romero, anulada por fuera de juego, que dio en el palo. El colombiano partió por derecha pero se metía hacia adentro para liberarle el carril a Martirena. El uruguayo tuvo poco desborde, alguna insinuación de conducir por dentro, pero poca participación en ataque.
Racing jugó ese primer tiempo con la seguridad de su plan pero con la falta de peso ofensivo que le quitó resolución a esa búsqueda. Romero hará, según palabras del entrenador, un trabajo necesario para el equipo, pero no genera la sensación de peligro que Martínez sí podría haberle dado. Sin presencia en el área, perdió siempre con Rojo, no fue apoyo para sus compañeros y físicamente da la sensación de estar con el freno de mano puesto.
Los cambios de Almirón para el segundo tiempo, reamando la línea de cuatro con el ingreso de Weigandt y adelantando a Advíncula de volante, reconocieron esa superioridad de Racing. A la Academia le duró 15-20 minutos más ese ímpetu pero sin poder llegar a inquietar a Sergio Romero. Boca ajustó aún más el cierre de espacios, achicar líneas y esperar alguna salida con Janson por izquierda o el peruano por derecha.
La lesión de Aníbal Moreno coincidió con la merma del equipo. El ingreso de Balthasar Rodríguez pudo haberle aportado pierna fresca, pero el joven no tuvo incidencia. Los ingresos de Hauche y Almendra por Ojeda y Gómez quedaron a mitad de camino. Boca fue encontrando comodidad en ese trámite de partido mientras Racing ya agotaba sus ideas para llegar al arco de Sergio Romero. Con el cierre tan cerca, los dos fueron mermando en su búsqueda.
Los penales son una historia diferente. Podrá analizarse cualquier cosa pero a la hora de patear todo se reduce a un estado de ánimo. Y ahí Boca encontró su combustible. Los merecimientos quedan reducidos a anécdotas. Y Racing no pudo romper esa pared que lo tiene alejado de una semifinal continental hace más de 26 años.
Debatir sobre porque pasa esto en la época más próspera económica y deportivamente será tema de otro día, en otra columna. Pero en ese punto se pueden encontrar también las explicaciones a una nueva frustración en el plano continental. Como abordar los mercados de pases termina siendo un condicionante más para entender también esta eliminación de Racing.
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Ganó Racing en Victoria 2 a 1 frente a Tigre por la segunda fecha de la Copa de la Liga Profesional con goles de Juan Fernando Quintero y Baltasar Rodríguez. Para el Matador descontó Robert Rojas de cabeza. El triunfo de la Academia se explica por la irrupción del colombiano, la actuación de Matías Tagliamonte y la falta de puntería de los locales. El equipo de Fernando Gago defendió mal toda la noche y se llevó tres puntos con un once plagado de jugadores que precisaban minutos y otros ponerse en forma cuanto antes. La cabeza estaba puesta en el miércoles. Pero ganó.
La rotación masiva pensando en el duelo copero hizo que Gago presentara un equipo parecido al que inició ante Unión en el estreno de la Copa de la Liga. Tagliamonte al arco, la línea de tres centrales con Pillud, Rubio y Quirós; y Martirena y Galván a los costados. El trío de volantes estuvo conformado por Almendra, Vera y Rodríguez, dejando a Quintero libre y la novedad de Meaurio como referencia de ataque. El equipo sufrió todo el partido. Por arriba y por abajo Tigre le creó peligro.
El triunfo se explica o se apoya en dos aspectos claves de la noche. La presencia de Juan Fernando Quintero en esos primeros 15 minutos fueron determinantes para el partido. El gol que abre el partido es de su factoría. Recibió abierto por derecha, se perfiló para su zurda pero enganchó para definir de derecha. Luego asistió desde el costado derecho a Baltasar Rodríguez para el 2 a 0. El impacto del colombiano en el partido fue absoluto.
La otra cara del equipo fue la defensiva. Antes del segundo gol Tigre ya había tenido una situación de gol sin oposición de parte de Racing. El retroceso era sólo con ocupación de espacios. El local entraba tocando hasta las narices de Tagliamonte. Lo tuvieron Armoa, Badaloni dos veces, y Prieto. Pero descontó de cabeza Rojas a la salida de un córner. Es traumático ya lo que le sucede a este equipo en la faz defensiva. En el año ya le convirtieron 17 goles de pelota parada. No importa quién juegue, todos defienden mal.
El segundo tiempo no varió mucho en la postura de ambos equipos. Sin tantas claras como en la primera parte, pero con igual cantidad de aproximaciones al arco de Taglliamonte, Tigre siguió buscando el empate. La más riesgosa fue la de Castro que el arquero de la Academia despegó con su pie. Los cambios, pensando más en el miércoles que en este partido, plagaron al equipo de jóvenes. Al punto tal que debutaron tres más esta noche: los centrales Nicolás Kozlovsky de 20 años y Gonzalo Escudero de 16; más el volante David González de 20.
Lo tuvo Meurio para liquidar tras la asistencia del regresado Leonel Miranda pero el joven definió sin fuerzas a las manos del arquero Rojas. Hubiera sido una distancia muy severa en el resultado para los de Victoria teniendo en cuenta el gasto que hicieron. Racing terminó defendiendo muy cerca de Tagliamonte a pesar de haber renovado piernas en la defensa y el medio.
Era importante ganar porque este torneo es breve y un arranque en falso puede condicionar a futuro la clasificación a los cuartos de final. Además el equipo se mantiene a tiro de los puestos de competencia internacional en 2024 y de paso saca adelante este compromiso previo al duelo del miércoles por la Copa Libertadores ante Boca sin dejar de sumar de a tres.
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En Racing se vienen repitiendo situaciones que emergen sin tener una comunicación clara. En varios ámbitos de la institución acontecen hechos que no tienen toda la información completa que el socio e hincha debe tener. Esta práctica se reitera y tiene ya un patrón definido en los dirigentes, dando lugar a teorías y sospechas de por qué se manejan así. En una época híper conectada, donde todo se sabe, este ejercicio no tiene sentido. Ya sean buenas o malas noticias, comunicar es un deber impostergable que el club debe recuperar.
Comunicar, entre varias de sus definiciones, significa hacer partícipe a una persona de lo que se tiene; descubrir, manifestar o hacer saber algo a alguien. No hacerlo simplemente invita a creer que se oculta algo. Y en estos tiempos donde la comunicación fluye por todos lados, no hay demasiada explicación para no ser claros en el mensaje.
Emiliano Vecchio y Leonel Miranda sufrieron lesiones similares, con apenas un mes de diferencia. El ex Rosario Central en octubre, ante Colón; El ex Defensa y Justicia en noviembre ante Boca durante la final del Trofeo de Campeones en San Luis. Hoy Miranda regresa a la convocatoria para visitar a Tigre por la segunda fecha de la Copa de la Liga Profesional. En el medio no hubo ni hay actualizaciones sobre la evolución o no de ambos casos.
La comisión directiva decidió aumentar la cuota social para el mes de septiembre. En un país cuya dinámica inflacionaria es casi imparable, era de esperar este ajuste. Podremos debatir sobre el porcentaje, si es mayor a lo esperado o si se acerca a la realidad. Pero la comunicación de esta decisión se supo por medios partidarios. El club no la comunicó más allá de una nota en la página oficial a la que sólo se llegaba navegando por el sitio de la Academia.
Hace unos días se desarrolló la Asamblea para la aprobación del Presupuesto para el período 2023-2024. El club decidió, más allá de la asistencia abierta para socios y socias, que no se transmita en vivo un evento que es determinante para la vida democrática. Ni desde las redes oficiales ni a través de los medios partidarios. Claro que hubo medios que se revelaron ante esta absurda decisión y emitieron en vivo la Asamblea donde se aprobó el Presupuesto.
Esta recopilación de eventos es apenas una pintura superficial de situaciones que se vienen sucediendo. Podríamos mencionar también la presentación de futbolistas sólo con posteos en redes sociales, sin conferencia de prensa o las condiciones contractuales de jugadores que entran y salen. ¿Se acuerdan de Claridad y Transparencia? ¿Por qué se dejó de comunicar en Racing? El manejo de los recursos del club debiera ser comunicado sin excusas. Pero esa información se sabe por terceros. Como la extinta plusvalía en la venta de Lautaro Martínez al Inter de Milán o las cifras reales de la compra de Aníbal Moreno a Newell´s, que el club rosarino expuso mejor que Racing.
Las noticias, buenas o malas, deben darse a conocer. No hacerlo invita a sospechas, teorías varias y crea un clima de incertidumbre innecesario. No darle a conocer al socio las cosas crea malos hábitos. Dejar de dar información no quiere decir que algo no sucedió. El socio e hincha debe y merece tener toda la información disponible. Un club sin este ejercicio de la vida cotidiana carece de credibilidad. Sean buenas o malas noticias, es necesario tener todo el panorama a disposición.
Paolo Cella
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Boca y Racing empataron 0 a 0 en el partido de ida por los cuartos de final de la Copa Libertadores de América. La Academia no jugó bien y sufrió sobre todo en el primer tiempo con la sociedad que formaron Frank Fabra y Valentín Barco por la izquierda del ataque local. Sin peso en ofensiva el plan de Fernando Gago quedó a mitad de camino. Restan 90 minutos y algo más para conocer quién será el representante argentino en semifinales.
Fernando Gago adoptó el mismo dibujo que presentó en la revancha frente a Atlético Nacional de Medellín, el 1-4-3-3 que trazó a lo largo de su ciclo. Con Maximiliano Romero en lugar de Roger Martínez, el resto fue Arias; Rubio, Sigali, Piovi, Rojas; Gómez, Moreno, Oroz; Ojeda y Hauche. Esa sola modificación en el centro del ataque alteró sensiblemente el lado B del plan que habrá imaginado el entrenador. A Racing le costó y mucho atacar el arco local.
El predominio de Boca se sustentó en la dupla que Fabra y Barco construyeron por la izquierda de su ataque, delante de Tobías Rubio, al costado de Jonathan Gómez y detrás de Agustín Ojeda. Esa zona quedó sin contención y el equipo de Almirón construyó desde ahí su propuesta de ataque. Fue desde un desborde del colombiano que Boca exigió a Gabriel Arias, pero el arquero despejó el cabezazo de Cavani. Otra búsqueda de Barco a Fabra puso al colombiano con ventaja sobre el desbordado Rubio, el centro al medio tuvo el preciso retroceso de Oroz para evitar el gol de Medina.
Racing no podía quitarle ritmo al impulso local. Cada intervalo de posesión de la Academia era breve. Los volantes no lograron sostener la pelota mucho tiempo, Ojeda tuvo poca incidencia al igual que Hauche y Romero no aporto nunca el apoyo que el equipo precisó cuándo lo busco para saltar líneas. La ausencia de Roger Martínez fue demasiada ventaja para un equipo que se reforzó tarde.
Pudo haber cambiado el trámite del partido en ese primer tiempo si Wilton Sampaio se animaba a expulsar a Marcos Rojo. Pero es historia vieja a esta altura. Condicionó el desarrollo porque hubiera cambiado el mapa del juego notablemente.
El ingreso de Martirena por Rubio amonestado era previsible. La tarjeta ya condicionaba de más al joven lateral de la Academia que además no tuvo una noche precisa en la marca y se vio desbordado constantemente. El ataque de Boca era más empuje que juego. Almirón agregó un delantero (Merentiel) ante la lesión de Barco y los locales perdieron esa frescura para atacar. Se sumaron Zeballos y Janson para seguir cargando la ofensiva y crear situaciones que siempre encontraron respuesta en Arias, de gran noche.
Gago buscó con el ingreso de Juan Quintero por Hauche no sólo darle tenencia a su equipo sino tener un hombre más en el medio y un futbolista capaz de crear mayor caudal de juego. El tiempo que convivió con Oroz y Gómez pudo sumar pases pero no darle profundidad. Allí es obligatorio resaltar la ausencia de Roger. En los apoyos, las descargas y los movimientos con y sin pelota se notaron la ausencia del atacante colombiano.
Ni hablar en las dos ocasiones en las que Romero evidenció su falta de estado. Primero ante el pase de Oroz a espaldas de Figal que le pasa por debajo del pie y luego ante la asistencia de Gómez, con tiempo para amortiguar y rematar, pero de espaldas al arco busco corregir la trayectoria del balón sin suerte. Detalles que pueden definir una serie a favor o en contra.
El empate terminó decorando un desarrollo que fue de mayor a menor en cuanto a intensidad y juego. Quedará todo por definir en Avellaneda. Uno de los dos se meterá entre los cuatro mejores de América. Racing precisará que Roger, Almendra y Quintero tomen ritmo. No hay margen de error.
Paolo Cella
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Unión y Racing empataron 1 a 1 en Santa Fe en la presentación de ambos equipos en la Zona B de la Copa de la Liga. Con un equipo completamente alternativo, Fernando Gago aprovechó para darle rodaje a dos futbolistas que llegaron con el cartel de refuerzos: Agustín Almendra y Juan Fernando Quintero. Con la cabeza puesta en este partido pero también en el duelo del miércoles ante Boca, el trámite fue discreto, con oportunidades para ambos. Los goles fueron convertidos por Balthasar Rodríguez para la Academia y Gonzalo Morales para el Tatengue.
Con algunos titulares ausentes por precaución, como los casos de Gabriel Arias, Leonardo Sigali y Aníbal Moreno, más la obligada ausencia por sanción de Gonzalo Piovi, Racing presentó un equipo repleto de futbolistas que no venían teniendo continuidad, otros que precisaban comenzar a tomar minutos y los remiendos de un plantel agobiado por su fragilidad física. Así estrenó la Academia su participación en esta Copa de la Liga 2023.
Matías Tagliamonte fue el arquero. En el fondo la línea de cinco defensores estuvo compuesta por Gastón Martirena, Iván Pillud, Tobías Rubio, Santiago Quirós y Gabriel Rojas. Santino Vera fue el volante central y delante de él se pararon Agustín Almendra, Juanfer Quintero y Balthasar Rodríguez. Como punta sólo jugó Maximiliano Romero. El gol tempranero de Rodríguez, tras asistencia de Martirena, le permitió al equipo romper el hielo ante tanta novedad.
La presencia de Quintero libre, sin quedar pegado a la raya, como se presumía en la previa, le aportó algunos momentos de tenencia más pausada, sin tanto vértigo. Pero el equipo se fue apagando conforme pasaron los minutos mientras Unión crecía con empuje, abriendo la cancha, con Vera y Zenón. Salvo un tiro libre que desvió Tagliamonte, al local también le costó llevar peligro al arco de Racing.
Apenas comenzado el segundo tiempo lo tuvo Rojas, tras un desborde Martirena. El uruguayo fue más productivo en ofensiva, con presencia en varias ocasiones en el último tercio del campo. Pero a sus espaldas el Tatengue tuvo campo para atacar. Lo perdió Racing nuevamente con un centro de Pillud que conectó Hauche de pecho pero no pudo acertarle al arco.
El error de Tagliamonte tras un centro que no parecía llevar peligro le permitió empatar el partido al equipo local cuando no había indicios de que el trámite del juego decantara en algo así. Pudo ganarlo la Academia con otra clara de Hauche que increíblemente le erró al arco estando mano a mano con Moyano. Tuvo la suya Ignacio Galván también pero levantó su remate. Unión también casi se lo lleva al final pero Luna Diale elevó demasiado su tiro.
Racing no jugó bien y tiene cierta lógica teniendo en cuenta el equipo que presentó, con futbolistas que no tenían minutos hace tiempo y otros que jugaron por emergencia. Si tomamos en cuenta la precaria condición física del plantel se entiende un poco. Pero da la sensación de que podría haber puesto algo más de entrada en la primera fecha de un nuevo torneo. La apuesta por la Copa es total. Ojalá funcione.
Paolo Cella
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