Paolo Cella - Periodista, editor en Esperanza Racinguista - Socio de Racing
Racing le ganó 2 a 1 a Lanús por la 5ta fecha de la Liga Profesional de Fútbol con goles de Matías Rojas y Gonzalo Piovi. Para el Granate descontó el colombiano Raúl Loaiza. El equipo de Fernando Gago logró sumar de a tres como local por primera vez en el campeonato y así ratifica la semana de resultados positivos. Ante el equipo de Frank Kudelka además tuvo argumentos para justificar la victoria. Lo ajustado del marcador pone el foco en cuestiones a mejorar para continuar creciendo.
Con el ingreso de Jonathan Gómez por Gabriel Hauche respecto al equipo que le ganó a Arsenal en Sarandí, Fernando Gago colocó ese tercer volante que le permitiera equilibrar más la mitad de la cancha y seguir buscando soluciones. Si bien el primer tiempo del ex Argentinos no fue destacado, el equipo presionó mejor y fue claro dominador del juego en esa primera parte del partido. Esta modificación y algunos rendimientos individuales altos permitieron ese desarrollo favorable para la Academia.
La mayor participación de Aníbal Moreno en la circulación de la pelota y la altura que tuvo en el campo el ex Newell´s fue otro factor preponderante del dominio local. Entre él y Juan Nardoni se encargaron de darle criterio a la circulación de pelota para encontrar a Matías Rojas preferentemente como el punto de desequilibrio. Por izquierda Johan Carbonero y Gabriel Rojas estiraron el campo y así Racing empujó a Lanús contra Lucas Acosta, sin darle opciones de salir por abajo, con las conducciones de Tomás Belmonte.
Sin embargo todo ese protagonismo no tiene reflejo en el último tercio, dentro del área. Fue de media distancia, con un remate del paraguayo Rojas y un desvío en el capitán Granate que el equipo de Fernando Gago se puso en ventaja a los 26 minutos. Antes de eso un tiro libre del 10, algunas triangulaciones sin terminación por derecha e izquierda y mucho juego en la periferia del área visitante. Racing dominó pero no tradujo en el marcador esa diferencia ante hasta ahí el único invicto del torneo.
El empate de la visita es un hecho aislado dentro de un contexto favorable para Racing. El equipo tuvo dos o tres salidas rápidas de contra para estirar la ventaja pero apuró las terminaciones con malas resoluciones. Un centro al área, un rechazo corto, la pifia y el empate de Loaiza casi sin haber exigido a Gabriel Arias. El castigo era demasiado para un equipo que cargó con la conducción del juego, cuando se le pedía recuperar hábitos no tan lejanos y ante el líder. La pelota parada abrevió la distancia que había en el juego y el empate llegó sobre cierre del primer tiempo.
Para el complemento ingresó Gabriel Hauche por un tocado Matías Rojas. Racing salió a mandar el mensaje de que seguía siendo el dominador del partido. Más activo Gabriel Rojas para respaldar a Carbonero, con Hauche bien abierto. A diferencia de Rojas, favorecido por el perfil invertido, el ex Temperley tiene que terminar por fuera. Así quedó más contenido Facundo Mura y el ataque se volcó por la izquierda. El equipo seguía teniendo el déficit del área. Maximiliano Romero jugó siempre de espaldas y no tuvo opciones de gol.
Enseguida llegó el exquisito tiro libre de Gonzalo Piovi para poner el 2 a 1. El instinto de supervivencia afloró muy temprano. El equipo replegó, comenzó a otorgarle infracciones a Lanús y así, de la única manera que podía llevar peligro el equipo de Kudelka, comenzaron a llover los centros al área de Gabriel Arias.
Racing ganó ajustado por el resultado, no por el juego. Claro que para darle más sustento a la idea deberá empezar a poner más agresividad en el área rival. Hoy al menos presionó más alto, defendió lejos de Arias mientras tuvo piernas y fue ágil en la circulación de pelota, con triangulaciones en los dos costados. Pero puso en riesgo el triunfo por no ser más ambicioso en el último tercio del campo.
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Racing le ganó 3 a 1 a San Martín de Formosa por los 32vos de la Copa Argentina en Chaco. A la Academia le costó doblegar al equipo formoseño tras arrancar perdiendo desde el amanecer mismo del partido. Los goles de Óscar Opazo, Gabriel Rojas y Paolo Guerrero, tres estrenos en la red, disimulan el flojo partido que jugó el equipo de Fernando Gago. En la próxima ronda esperan San Martín de Tucumán o el Deportivo Morón.
Es toda una incógnita saber cuál es la predisposición con la que un futbolista de primera división asume un compromiso ante un rival dos categorías inferior. La Copa Argentina ha dado desde su creación una innumerable evidencia que activa la cautela, la atención y todo lo que sirva para ajustar cualquier menosprecio hacia el rival de turno. En Chaco, ante San Martín de Formosa y con dos ejemplos previos en Florencio Varela y San Nicolás, Racing no tomó nota de ello. Ni hablar de sus propios antecedentes en este torneo.
Fernando Gago optó por darles minutos a varios jugadores que hasta aquí venían siendo relevos u opciones de recambio durante los partidos pero no tuvieron oportunidades desde el inicio. Gabriel Arias al arco, Óscar Opazo, Jonathan Galván, Emiliano Insúa y Gabriel Rojas. En el medio repitieron Aníbal Moreno y Juan Nardoni. De ahí en adelante todas novedades: Jonathan Gómez por derecha, Maximiliano Moralez en el centro y Edwin Cardona a la izquierda para respaldar a Nicolás Reniero.
Lo citado en el primer párrafo y esto último fueron un combo que tuvo como disparador el error de Arias apenas iniciado el juego, con un mal control, la presión del centro delantero formoseño y el gol de Óscar Chiquichano. En apenas unos segundos la pesadilla de otro traspié resonante en este certamen se hizo presente. Y vaya que le costó revertir la historia ante un rival que no competía oficialmente desde mediados de octubre de 2022 y recién verá acción por el Torneo Federal A el fin de semana del 12 de marzo.
La tendencia del juego se acentuó con ese gol prematuro y Racing cargó de arranque con la necesidad no sólo de afrontar la conducción del partido sino de revertir el resultado. El equipo fue espeso, la circulación de pelota fue lenta y la búsqueda inicial fue condicionada por el resultado. Al once le sobraban volantes de pase corto, al pie y le faltaban futbolistas que cambien el ritmo de tres cuartos en adelante. San Martín replegó bien, sin exageraciones y cómodo ante la inercia de Racing.
Hubo que ir hasta los 31 minutos del primer tiempo para encontrar una llegada profunda de Racing con ese remate cruzado de Reniero y unos minutos más tarde la que tuvo Moralez ante el achique del arquero Correa, de ahí en adelante el sostén del equipo formoseño aunque sin mucha grandilocuencia. Le tapó si un tiro libre a Cardona pero sobre los 40 del primer tiempo no pudo ante el remate cruzado de Opazo, entrando por derecha en su primera trepada profunda. El gol llegó justo antes de ir al descanso, atenuando los nervios y poniendo algo de calma para encarar el complemento.
El inicio del segundo tiempo fue una réplica del comienzo en Chaco. Un par de salidas en falso, con cierta suficiencia de los centrales o los mediocampistas, hicieron caminar por la cornisa al equipo nuevamente. San Martín repitió mientras pudo esa tendencia de apretar para forzar el error en salida pero las piernas no tenían la frescura de antes. Aun así no fue hasta que Gago movió el banco que Racing apretó algo más sobre el arco de Correa. Los ingresos de Matías Rojas, Paolo Guerrero y Johan Carbonero y unos minutos más tarde de Gabriel Hauche volcaron la balanza sobre el cierre.
Fue Hauche quién dio el primer pase profundo y con ventaja para que desborde Opazo. El centro rasante del chileno fue cortado por Correa pero la pelota quedó viva y fue Gabriel Rojas, el otro lateral quién definió en el centro del área para dar vuelta la historia a los 41 minutos del segundo tiempo. El tercero de Guerrero, su estreno en la red en el club, estiró un resultado que no fue tan largo en el desarrollo, aún con la nota alta del arquero formoseño.
A Racing le quedó pesado el partido. Si hoy había rendimientos individuales para tomar como opción a futuro, el entrenador deberá llevarse mucha tarea para el hogar. Los que no venían jugando no tomaron la oportunidad, al menos para la opinión pública, y dejaron en evidencia la distancia con los titulares. Lo que preocupa es que en lo que va del año aún no hay señales de ir perfilando un once que modere el juego con sabiduría. Las victorias disimulan defectos pero no postergan asumirlos y corregirlos.
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Racing le ganó 3 a 0 como visitante a Arsenal de Sarandí por la cuarta fecha de la Liga Profesional de fútbol. Los goles fueron de Gonzalo Piovi, Facundo Mura y Matías Rojas, los tres en el primer tiempo. La Academia resolvió así un partido que se presentaba con riesgo al llegar sin triunfos en la previa. El equipo no jugó bien hasta ponerse en ventaja y en el complemento dosificó esfuerzos, cuidó futbolistas y durmió el partido.
Durante toda la semana la mayor duda respecto a la formación titular era si regresaría Johan Carbonero al equipo inicial en lugar de Gabriel Hauche. Fernando Gago sorprendió y los dos futbolistas fueron de arranque. Quienes dejaron su lugar respecto al duelo ante Tigre fueron Maximiliano Moralez y Nicolás Oroz. Así la Academia inició en Sarandí el partido ante Arsenal, con esta innovación posicional para el ex Argentinos. Pero no fue a causa de esto que le costó tomar la riendas del partido hasta promediar el primer tiempo.
Carlos Ruiz, el entrenador de Arsenal, diseñó un dibujo táctico con cinco defensores, tres volantes y dos puntas. Casi que replicó aquella idea ejecutada por Belgrano en el estreno que tanto trabajo le costó a Racing perforar. La diferencia estuvo en que los del Viaducto atacaron directo ante cada perdida de su rival. Fue Lautaro Guzmán quién se entretuvo desbordando a Facundo Mura en ese tramo del partido antes señalado, con tres duelos ganados y llevando peligro al área de Gabriel Arias. Por suerte su desequilibrio no tuvo compañía en Luis Leal y Flabian Londoño, los atacantes del local.
Pero en el minuto 25 aproximadamente Racing sacudió la modorra. Más allá de haber rematado de media distancia o tener el monopolio de la pelota, al equipo le costaba profundizar en el último tercio. Una recuperación de Carbonero y su posterior corrida dejó mano a mano a Maximiliano Romero. La definición del Tigre encontró la resistencia de Alejandro Medina y entre las manos del arquero local y el travesaño ahogaron el grito de gol.
La posición de Hauche le quitó un elemento en la zona media para sumar pases y así el equipo buscó abreviar sus ataques con lanzamientos largos para el colombiano. Sin estar fino en el duelo uno contra uno, Carbonero era buscado permanentemente y además llegaba el respaldo de Gabriel Rojas. La izquierda era la zona elegida por Racing para atacar aunque no pudo inquietar a Medina hasta aquella situación antes señalada.
La apertura del marcador llegó a través de la pelota parada. Una infracción sobre Gabriel Rojas derivó en una ejecución magnífica de Gonzalo Piovi para poner adelante a Racing en el resultado. Con el gol el equipo acentuó el manejo de pelota y enseguida llegó una asistencia perfecta de Juan Nardoni para la llegada al vacío de Facundo Mura. La definición de media vuelta le dio sentido a esa búsqueda del ex Unión. 2 a 0 y de inmediato la perla de la noche por parte de Matías Rojas para establecer el 3 a 0 y sentenciar el partido.
Arsenal hizo tres cambios para el segundo tiempo buscando la reacción anímica y recortar el resultado. Si hay una virtud que el equipo de Gago tuvo durante el 2022 fue el manejo de la pelota. Y a eso se dedicó Racing. En ese contexto de partido la Academia se tomó ciertas licencias que el resultado le permitió y su rival no aprovechó. Incluso el entrenador le dio minutos a Paolo Guerrero, hizo debutar a Oscar Opazo y puso en campo a Nicolás Reniero, Héctor Fértoli y Jonathan Gómez.
Mientras el partido fue tal la convivencia de Aníbal Moreno y Juan Nardoni fue favorable para Racing. El ex jugador Tatengue se empieza a soltar más y esta noche repercutió en su rendimiento. Colectivamente faltó darle sentido a esa posición de Gabriel Hauche, detrás de Romero. El ex delantero de Temperley no participó del juego y al equipo le faltó ese tercer volante que ayuda a conectar líneas con la suma de pases.
Por lo pronto Racing se anotó la primera victoria del campeonato justo a tiempo, en un escenario que suele ser complejo y de cara al debut en la Copa Argentina en Chaco ante San Martín de Formosa.
Los puntos altos de Juan Nardoni y Matías Rojas son dos noticias saludables para el entrenador. Con circunstancias diferentes, ambos futbolistas son apuestas de Fernando Gago. El triunfo suma para la confianza interna para seguir creciendo en este arranque de temporada.
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Racing y Belgrano empataron 0 a 0 por la primera fecha de la Liga Profesional de fútbol en Avellaneda. La Academia no tuvo lucidez para doblegar el cerrojo defensivo del Pirata y tuvo muchas dificultades para generar opciones de gol. Con los atenuantes lógicos si tomamos en cuenta que fue el estreno, se podrá entender el desarrollo del partido. Con circulación de pelota por momentos lenta y sin aceleración, el equipo se diluyó en tres cuartos. El cero explica mucho.
Un solo cambio tuvo el equipo respecto del partido ante Boca por la Supercopa Internacional. Regresó Matías Rojas a la titularidad en lugar de Nicolás Oroz. El resto fueron los mismos diez que habían salido en aquél duelo. Fernando Gago sostuvo a casi todos en este inicio de Liga, como dando señales de una búsqueda de rodaje mientras las piernas se van soltando tras una pausa extensa y una preparación también larga. Por momentos se notó la falta de fútbol.
Durante los primeros 25 minutos aproximadamente a Racing le costó muchísimo poder acercarse al arco defendido por Nahuel Losada. Incluso fue el Pirata cordobés quién tuvo la primera ocasión de gol con un centro cruzado de Gabriel Compagnucci que Pablo Vegetti conectó en el primer palo sin poder darle, por suerte, mejor dirección. El equipo recién ascendido hizo su trabajo en ese período de tiempo con los cinco defensores, cuatro volantes y el punta allí arriba solo.
A partir de un par de salidas largas de Leonardo Sigali buscando a Johan Carbonero, la Academia comenzó a encontrar un camino para saltar líneas y poner al equipo en campo rival. Mientras tanto fue pasarse la pelota de un lado a otro, con un ritmo espeso, sin velocidad y otorgándole tranquilidad al plan de Guillermo Farré. Sólo cuando Racing activó al colombiano pudo mover la estructura rival pero sin demasiado riesgo.
Eso se empezó a romper a partir de los 25 minutos cuando Racing tuvo su primer opción con una salida rápida donde Maximiliano Moralez encontró a Matías Rojas corriendo solo por derecha, enganchó hacia el medio y reventó el travesaño con tanta mala suerte que la pelota volvió a pegar en el horizontal y fue directo a las manos de Losada. Después cayó innumerable cantidad de veces en off side de tanto buscar la “colgadita” a espaldas de la última línea.
El triángulo del medio no funcionó. Juan Nardoni tardó varios minutos en soltarse y Moralez no tuvo la ascendencia en el juego como sí lo hizo ante Boca. Sucede que aquél día el equipo de Ibarra dejó espacios que Belgrano no otorgó. Los laterales no respaldaron los ataques, salvo por aquél zurdazo de Piovi, y entonces los avances nunca se convirtieron en ataques. La circulación de pelota fue tan pesada que la visita estuvo cómoda durante gran parte del juego.
En el segundo tiempo no cambió mucho la tónica del partido. Racing fue todavía más dueño de la pelota. Belgrano siguió su plan cada vez más cerca de Losada. Las ideas para encontrar los caminos al gol tampoco aparecieron y el dilema era cada vez más complejo de resolver. Gago empezó a mover las piezas, primero con Jonathan Gómez por Nardoni y luego con Héctor Fértoli y Nicolás Reniero por Iván Pillud y Matías Rojas.
Está claro que es el primer partido y los matices que esto tiene a la hora de analizar un juego de estreno como este. Los rivales ya tienen establecido el patrón de juego de Racing y será tarea de Gago y cuerpo técnico darle herramientas a los futbolistas para poder quebrar esta clase de obstáculos. Esto recién comienza.
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Esta tarde desde la 19:15 cuando Racing reciba a Belgrano de Córdoba se abrirá una nueva temporada de ilusiones. Con varios frentes abiertos pero con una obsesión clara por delante, la Copa Libertadores, la Academia pondrá primera en el plano local. Con dos títulos que respaldan su trabajo, Fernando Gago tiene por delante la misión de consolidar su trabajo y seguir creciendo. El ámbito doméstico parece ser el escenario de mayor paridad para poder pelear.
Si bien no se trata de torneos largos, la obtención de los dos títulos ante Boca, Trofeo de Campeones y Supercopa Internacional, la han dado a Racing y Fernando Gago una inyección de confianza tras el golpe que significó haber perdido la Liga local en la última fecha y en el contexto que sucedió. Con el ánimo renovado y cambios de nombres en el plantel Racing encara un año con muchos frentes abiertos.
La Copa Libertadores asoma como la máxima obsesión de todos. El plano internacional es ya una cuenta pendiente marcada que el club deberá saldar cuanto antes sin dejar de lado las complejidades del caso. Presupuestos incomparables con las economías de los equipos brasileños por citar sólo un ejemplo.
Es por eso que las competencias domésticas asoman como los torneos más cercanos donde el equipo podría competir o pelear con mayor igualdad de condiciones. Teniendo en cuenta que Boca y River son siempre los que parten un escalón por encima, Racing está más cerca de esos dos si cotejamos planteles. Entonces la Liga que comienza este fin de semana, la Copa de la Liga del segundo semestre y la Copa Argentina tienen a la Academia con un perfil de candidato más marcado.
Gago perdió por venta o extinción de contrato a tres futbolistas de peso en el equipo titular: Enzo Copetti, Eugenio Mena y Carlos Alcaraz. Además por lesiones tendrá fuera del campo por un tiempo a Leonel Miranda y Emiliano Vecchio. El único de los recién llegados que ya evidenció credenciales es Maximiliano Moralez. Tras su paso por la MLS jugó ante Boca y fue de los puntos más altos del equipo. Resta conocer la realidad de Oscar Ópazo y que Juan Nardoni, de aceptable debut, juegue sin el peso de los millones invertidos en su ficha.
Los regresos de Nicolás Reniero y Héctor Fértoli completan una nómina que aún tiene faltantes en zonas que el recambio pide más gente. Un lateral izquierdo, algún central y un volante más. Deberíamos decir también un centro delantero, pero el reciente arribo de Paolo Guerrero cubre ese ítem. Veremos si logra ponerse a punto físicamente y luego sumar desde el juego.
Con todo, Racing tiene algo que quizás lo pueda ayudar a seguir en los primeros planos. La continuidad del entrenador y el convencimiento puertas adentro de las formas. Aún después de semejante golpe en la última fecha, el equipo se repuso y cerró el año con dos muestras de carácter ante Tigre y Boca. Y abrió el 2023 con otro duelo ganado. Es ahí donde radica el mayor capital deportivo de este equipo, su idea. Deberá potenciarla para dar el salto definitivo.
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Racing se quedó con el primer título de 2023 tras ganarle a Boca por 2 a 1 en la Supercopa Internacional disputada en el estadio Hazza Bin Zayed de la ciudad de Al Ain. La primera edición de esta competición reeditó la final que jugaron ambos equipos en San Luis en el cierre del 2022 y también tuvo un final polémico. La Academia tuvo buenos pasajes de juego durante el primer tiempo y así conquistó su estrella número 39. Los goles fueron de Johan Carbonero y Gonzalo Piovi de penal. Para Boca había abierto la cuenta Facundo Roncaglia.
A pesar de ser el primer partido oficial para ambos y teniendo en cuenta los meses previos de parate entre mundial y regreso para encarar la pretemporada, el partido tuvo un buen ritmo en el primer tiempo sobre todo. Con mayor tiempo de posesión de pelota en ese período para Boca aunque con el control del partido de parte de Racing, el equipo de Fernando Gago mostró conceptos que trajo de 2022 pero tuvo el aporte de Maximiliano Moralez como aspecto destacado. También debutó Juan Nardoni pero su actuación fue menos relevante desde lo individual.
El inicio fue, al menos desde lo posicional, con Arias al arco y el 4-3-3 de siempre. La diferencia estuvo hacia donde se movieron algunas piezas para desarmar ese dibujo y darle otra fisonomía al equipo en el retroceso. Nardoni se pegó más a Aníbal Moreno, Nicolás Oroz descendió unos metros y Moralez se soltó para jugar más alto que la dupla central. Así, por lo menos desde lo táctico, cuando el equipo no tenía la pelota retrocedía con dos medio centros y tres futbolistas por delante. Johan Carbonero era quién retrocedía para completar ese trío detrás de Maximiliano Romero.
La presión sobre Alan Varela y la orientación del resto del equipo para que Boca tuviera que optar por Agustín Sandez como salida, le permitieron a Racing tener dos o tres acciones de ataque por presiones sobre ese futbolista o Frank Fabra. A pesar de esto fue Johan Carbonero el hombre más peligroso en ataque. Con algunos matices del año anterior, el equipo no tenía en el último tercio la profundidad necesaria y dependía del colombiano para romper las estructuras.
Al igual que en San Luis fue Boca el que se adelantó en el marcador tras un centro de Norberto Briasco que encontró libre por el segundo palo a Facundo Roncaglia. Sin posibilidades para Arias de reaccionar, el Xeneize se ponía en ventaja en su segunda incursión ofensiva. Pero la respuesta también fue inmediata. Con tres toques, primero de Maximiliano Romero de pecho y luego Moralez de primera para la corrida de Carbonero, la Academia llegó al empate y no le dio tiempo a Boca de gestionar la ventaja.
Hugo Ibarra ajustó para el complemento con el ingreso de Equi Fernández por Briasco. Varela ya no estaba solo en el eje y Pol Fernández y Juan Ramírez se pegaron a la raya para conformar un 4-4-2 con Sebastián Villa y Darío Benedetto compertiendo el centro del ataque. Le costó unos minutos a Racing interpretar aquél registro táctico del Xeneize porque además el ingreso del ex Tigre tuvo impacto inmediato. Acertó con sus primeras intervenciones, Varela ya no tuvo la custodia de Moralez tan cerca y la Academia tardó en acomodarse.
Ya no hubo un ida y vuelta tan fluido como en la primera etapa pero aún así Javier García siguió trabajando más que Gabriel Arias. Racing dejó que Boca tenga la pelota donde no lastima, allá lejos y procuró no darle chances de poner a correr a Villa, Langoni o Advíncula, quién sea que fuera por los extremos del campo. Con menos piernas pero más espacios, el partido entró en una zona de incertidumbre respecto del desenlace.
La nota positiva para Racing fue que aún con 35 años Moralez tuvo una actividad muy alta y de mucha preponderancia en el equipo. Partiendo desde la zona de interior izquierdo, fue a atacar a Varela para que no tuviera libertades y cuando el equipo recuperaba la pelota se ofrecía siempre como opción de pase. Cuando ajuste estos movimientos con Moreno y el ex Newell´s lo encuentre más seguido, Racing tendrá seguramente mayores dividendos. Su ascendencia en el gol de Carbonero con una asistencia perfecta sella un regreso más que aprobado.
El cierre del partido, con el alargue a la vuelta de la esquina, tuvo otra vez el condimento de la polémica como factor desencadenante. El anticipo de Sigali derivó en una jugada por derecha con Jonathan Gómez desbordando ante el cierre de Sandez y un rebote en su pierna impactó en la mano del central de Boca que había ido al piso. Otra vez Fernando Rapallini presente en un partido entre estos dos equipos y una mano como factor de quiebre. Gonzalo Piovi esta vez sí pudo romper el arco y el juego se terminó decantando favorablemente para Racing.
Con el atenuante natural de ser el primer duelo oficial del año tras una pretemporada, Racing da comienzo al año con una sonrisa, una nueva estrella y otra final ganada ante Boca. Esto le permitirá regresar a casa para enfocarse en el estreno de la Liga ante Belgrano con otro semblante. Lo positivo es que sostiene hábitos de juego favorables a su idea, con la inserción de un par de piezas necesarias para renovar los ánimos y encarar un 2023 cargado de exigencias.
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