Periodista Deportivo
El primer mercado de pases tras la salida de Diego Milito y parte de su secretaría técnica culminó. La última novedad fue la llegada de Ignacio Piatti, libre tras su salida de San Lorenzo. Fueron ocho en total los nombres que han terminado de conformar el plantel con el cual encarará Juan Antonio Pizzi este 2021. Apuestas, incógnitas y una certeza, faltaron nombres que den un salto de calidad. Podrá darlo el rodaje de alguno de los nuevos, pero será todo a suerte o verdad.
Juan Antonio Pizzi llegó para reemplazar a Sebastián Beccacece y tendrá una agenda cargada de compromisos. Al margen de todo lo que el calendario le ponga por delante, otro de los desafíos será recomponer la armonía del equipo, no del grupo, sino de los once que entran al campo de juego. Tras un 2020 atípico, ese será uno de los aspectos a trabajar sin un receso amplio. El ciclo anterior se fue desdibujando y terminó en un híbrido entre lo que pretendía su conductor y lo que se veía en el campo de juego.
Lisandro López anunció en conferencia de prensa que se va de Racing. El último ídolo de la Academia sorprendió a todos y dejará el club para continuar su carrera probablemente en los Estados Unidos. Su salida es un duro golpe para la salud emocional de un club y un plantel acostumbrado desde 2014 a tener referentes con raíces bien arraigadas con el club. Futbolísticamente no fue el 2020 un año agradable para el capitán. Su sabiduría para leer dentro y fuera del campo los momentos explican en gran parte porque eligió este momento para decir adiós.
Racing está a las puertas de concretar otra venta importante de un futbolista criado en el predio Tita Mattiussi. Ahora es el turno de Matías Zaracho, el mediocampista nacido en Wilde, hincha, jugador de inferiores, alcanza pelotas y profesional con títulos en la Academia. El sueño de millones de pibes tiene lista de embarque con rumbo a Belo Horizonte para desembarcar en el Atlético Mineiro de Jorge Sampaoli. Mientras tanto el plantel pierde una pieza clave que, aún con altibajos, es de los puntos mas altos. La ecuación económica - deportiva será materia de análisis.
Eduardo Coudet entró rápido en el ambiente Racinguista. Su personalidad, pero sobre todo ese impulso inicial de su equipo, le permitieron crecer en la consideración. Logró perforar la frontera de la evaluación que suponía un nuevo ciclo y justo tras la salida de Diego Cocca. El cierre del semestre dejó una fea sensación. El equipo acusó recibo de la intensidad que se pregona desde el banco, comenzó a perder elementos importantes y decayó en su rendimiento en el momento menos oportuno. Pero bajo ningún aspecto se tiró el "semestre a la mierda". Si repasa lo acontecido y encuentra las fallas podrá dar en la tecla y seguir adelante. Los extremos son peligrosos.
Es cierto que Racing dejó dos de sus tres objetivos por el camino. Pero cada uno debe ser analizado por separado. Lo mas inexplicable es la caída por Copa Argentina ante un equipo del Torneo Federal. Hay que separar bien cada competición para no caer en la exageración de Eduardo Coudet. Es cierto que el equipo llegó a depender de sí mismo en cada competencia y no logró trascender en dos de ellas. Pero es un mensaje peligroso el que envía el entrenador hacia afuera y puertas adentro. Mas allá de que el cuerpo técnico, plantel, dirigentes e hinchas coinciden en que el final es algo frustrante.
Cuando asumió Coudet Racing estaba fuera de toda competencia internacional tomando la tabla de la Superliga en aquellos días. Pero el equipo logró construir una racha de triunfos que lo puso de vuelta en el ruedo en base a una idea que pegó onda muy rápido en el plantel. Debió correr de atrás todo el tiempo y a pesar de llegar al cierre dependiendo de sí mismo y jugando de local no pudo meterse en la Copa Libertadores de 2019. Al menos no por esa vía. Sin embargo, y a pesar de todo lo que remó, no era fácil la misión. Si creyó en esa oportunidad fue por lo que durante este semestre construyó. En Enero la idea era muy remota.
Lo doloroso, y que sí abre un expediente a futuro, es la salida tan prematura de la Copa Argentina ante Sarmiento de Resistencia. El equipo chaqueño venía falto de fútbol, alejado de toda competencia debido a su floja campaña y viajó en micro hasta el Florencio Sola de Banfield. Un equipo sin ideas, agobiado por el calendario final con compromisos tan cerca unos de otros y escaso de relevos aptos para asumir la titularidad quedó afuera ante futbolistas voluntariosos que ganaron con justicia. Ese es acaso el peor pecado de la era Coudet. El punto donde todo amenaza con llevarse puestos a varios jugadores que no pueden destacarse ni ante un combinado de segunda categoría. Por eso el exabrupto de Coudet.
La denominada "zona de la muerte" la Academia la pasó con holgura. Jugando un buen fútbol y cayendo ante un rival superior al que venció en Avellaneda. Quedar segundo por perder ante Cruzeiro en Belo Horizonte no era una locura. La llamada de atención fue no hacer lo que se debía ante Vasco da Gama en Río. Racing superó siempre a su rival pero no fue serio. Tuvo para rematar el partido y traerse los tres puntos pero eligió regular. La Copa Libertadores tiene detalles, imperceptibles, pero están allí y pueden cambiar el curso de la historia en cualquier momento.
Esa frase de Coudet encierra un enojo sincero pero peligroso. No se tiró el semestre "a la mierda" por esas tres derrotas. El equipo logró convocar desde su idea. Es cierto que esto se compone también de resultados pero sería injusto exagerar el análisis y caer en el tremendismo. Es imperdonable y entra en las peores derrotas de los últimos 20 años lo que sucedió por Copa Argentina. En el torneo local Racing hizo mas de lo que se esperaba, lo cual no soslaya la oportunidad que dilapidó cuando dependía de si mismo. Y en la Copa, aún cediendo el primer puesto, atravesó la fase de grupos con presencia.
Llegó el tiempo del descanso y la revisión de cuentas. Mirar hacia atrás, corregir y mejorar. Si Racing cae en los diagnósticos tan severos correrá el riesgo de crear su propio enemigo. Debe aprender a convivir con la derrota y no conformarse con lo conseguido. El enojo es saludable si se lo canaliza por las vías adecuadas. Mejorar un plantel con relevos que sumen para la competencia interna y permitan dosificar las energías. Contemplar una idea de juego con distintos matices para ajustarse a los tiempos de competencia. Estos y otros factores sumarán para la creación de un plantel que retome el camino que supo recorrer.
El tan mentado equilibrio que se le pide a veces al equipo deberá encontrarlo Coudet. No solo para el juego sino también para el. No dejar de lado su esencia, motor de gran parte de todo esto, pero que como conductor de grupo aportará y mucho para encarar lo que viene.
Paolo Cella
@Paolo_Cella