Hay que definir el rumbo

Los casos de Luciano Lollo y Roger Martínez tienen dos contextos bien distintos para analizar la política de ventas de Racing. Cada jugador es una historia aparte pero registra antecedentes que podrían haber evitado llegar a puntos de conflicto casi sin retorno. El cordobés termina siendo una buena venta, pero mas forzada por todo lo que no se hizo antes que la real necesidad del club. Mientras que el colombiano, con una proyección mas amplia que el central debido a la edad, exige una salida ahora que Sava podrá tenerlo mas en cuenta que nunca, con una competencia sola y un stock de delanteros mas acorde a esa realidad. Pero se quiere ir y la oferta es por demás tentadora. 

Mientras River negocia una venta de Mammana al mismo club que pretende a Roger Martínez por casi 8 millones de dólares, Víctor Blanco rechazó la primer oferta del club galo por algo así como 5 millones de la moneda americana para acercar el número final a los 8 que la clausula de salida pone como punto de partida. Pero antes de eso hubo una negociación que casi llega a la justicia laboral por el salario del ex delantero de Aldosivi. Su sueldo no reflejaba una proporción en función de ese precio de mercado que el club le puso. Y cualquier oferta del viejo continente supera por varios cuerpos a las cifras que se manejan por aquí. ¿Como se definió ese número? ¿Vale mas un marcador central que un delantero de casi la misma edad?

Pero estas situaciones se repiten. El caso mas emblemático quizás sea el de Gustavo Bou que casi hace peligrar la preparación de Racing en el verano de cara a la Copa Libertadores de este año. Parece ser el común denominador de esta dirigencia la de estirar las negociaciones hasta su punto máximo. Y así es como surgen los malestares, las idas y vueltas, las declaraciones que alteran el ambiente y condicionan la continuidad de los protagonistas. Si bien ahora Racing tiene un solo campeonato por delante para afrontar, cuidar los pilares del plantel debería ser prioridad. Pero como se acumuló cantidad ahora hay que salir a vender para poder equilibrar los números. 

Esa acumulación genera además que los juveniles que vienen pidiendo pista en la reserva sean obstaculizados y tengan que salir a buscar rodaje en tierras ajenas. Le pasó a Roger, lo experimentaron Gómez, Oroz y Mansilla y ahora llega el turno de Mariano Bareiro a quien el técnico utilizó de lateral derecho y poco y nada en su puesto natural. Nada de continuidad. La inversión que Racing dedica al Predio Tita para cobijar a estos chicos hasta que sean material apto para la primera división esta siendo desperdiciada. Este mercado de pases era el momento de quitar el relleno ajeno para darle espacio a los elementos de inferiores. Aún así Sava llevó a Pilar a algunos de ellos.

Pero volviendo al punto de partida de esta columna, para poder acomodar esta cuestión, Racing tendrá que fijar un rumbo. Cuidar mas su patrimonio e invertir en dónde hay necesidades. Así empezará a cuidar mejor su patrimonio, no tendrá que realizar ventas forzadas y podrá diagnosticar mejor sobre el material con el que cuenta. Este presente con ventas realizadas por obligación y no por una evaluación deportiva y económica tiene estos resultados. Mucho ruido interno que altera la planificación que a esta altura debería estar enfocada solo en lo deportivo. Cuando la incertidumbre empieza a ganar espacio las dudas ponen en riesgo el futuro.

Paolo Cella

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