Racing volvió a mostrar un bajo nivel en su visita a La Plata. García Basso, cada vez más asentado, fue lo mejor de la noche.
El defensor que llegó en este mercado de pases dio su palabra luego de empatar en cero ante Estudiantes en La Plata.
Estudiantes y Racing empataron 0 a 0 en La Plata por la tercera fecha de la Copa de la Liga. El equipo local fue superior en gran parte del juego y generó las situaciones más claras. La Academia sigue sin resolver el retroceso aun iniciando con cinco defensores. No tuvo caudal de juego y el arco de Mansilla recién lo tuvo cerca en los últimos diez minutos de partido. Gustavo Costas tiene que seguir buscando porque lo observado ante Tigre se entiende más por el calibre del Matador. Hoy ante un adversario de fuste padeció el partido.
Con el ingreso de Gastón Martirena por el lesionado Roger Martínez Racing se presentó en La Plata con esa única variante respecto al triunfo ante Tigre. Claro que las características bien diferentes entre el colombiano y el uruguayo postularon el manifiesto de partido que Gustavo Costas imaginó para visitar a Estudiantes. No le dio resultado defensivamente porque las espaldas del lateral uruguayo fueron constantemente atacadas y vulneradas por Benedetti y Zapiola. Eduardo Domínguez advirtió ese espacio como la debilidad a explotar.
La otra cuestión que atenta contra cualquier armado táctico radica en la pasiva gestión de la recuperación de pelota que tuvo el equipo. No presionó bien y solo pudo defenderse cuando Almendra y Quintero sintonizaban la frecuencia del juego, tomaban contacto con la pelota y podían sumar dos o tres pases. Esa secuencia no tenía continuidad porque adelante Martínez estuvo más de espaldas, peleando con Fernández y Romero, que marcando líneas de pase. El movimiento de Solari de volante a segunda punta le quitó sorpresa. La raya evidentemente lo ordena más al ex Defensa y Justicia.
Estudiantes buscó con lanzamientos de izquierda al centro, sobre todo al cajón entre Sosa y García Basso, ubicar al ex Racing Correa, para que el atacante quedara siempre perfilado al arco de Arias. Lo tuvo un par de ocasiones, pero erró en la definición. La más clara fue a la salida de un pique que equivocadamente el árbitro Ramírez otorgó al combinado local y era para la Academia. Correa reventó el travesaño. Luego le anularon un gol por fuera de juego a instancias del VAR.
Hasta los 13 del segundo tiempo, cuando Domínguez cambió los volantes ofensivos Atum y Zapiola para mandar al campo a Piatti y Altamirano; y sobre todo con el segundo gol anulado a instancias del VAR a Fernández, Estudiantes hizo méritos para ponerse en ventaja ante un rival que nunca encontró el partido. Adentro los futbolistas no fueron capaces de leer el juego y afuera el entrenador tardó en mover las fichas. El entre tiempo ya pedía hacer cambios. Costas quiso darles redención a sus futbolistas pero no lo consiguió.
Los ingresos de Salas, Galván y Conti por Solari, Rojas y Martirena buscaron refrescar piernas, no ideas. Ahí todo parece depender en lo que Quintero y al apoyo de Almendra puedan crear. Sin laterales profundos, con el único delantero de espaldas al arco y el equipo sin movilidad todo se vuelve anunciado, a la espera de una iluminada maniobra del colombiano. Costas deberá darle herramientas de apoyo a Quintero para no agotar las fuentes de creación. El juego directo con Martínez puede servir como vía de escape o alternativa pero no puede convertirse en un método de juego.
El empate terminó quedándole mejor a Racing. Estudiantes dominó durante un tramo largo del juego y generó situaciones para tomar la ventaja. La Academia reaccionó a diez minutos del final pero sin poner en riesgo el arco de Mansilla más que con algún centro cruzado. La estatura del rival difirió mucho de la que observamos de Tigre y se notó que aún el equipo precisa tiempo de ajuste. Ante equipos más trabajados le costará mientras Costas encuentra el ideal que pretende o la versión más cercana a ello.
Paolo Cella
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